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- Escrito por: Ivón Peñalver
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La Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba vuelve a ser escenario de la entrega de los Premios Caricato 2022
Luego de un tiempo signado por la distancia debido a la pandemia, regresa esta jornada de intercambio en la que actrices y actores de la radio, el cine y la televisión son laureados por su intensa y valiosa entrega de trabajo.
Con un total de 36 nominados que compitieron por el galardón, nombres muy reconocidos junto a otros más jóvenes recibieron este premio En esta oportunidad la reconocida actriz Mayra Mazorra dobló las palmas, al ganar este premio en el apartado de televisión con una pregnancia importante en el televidente.
Esta virtuosa actriz que si bien ha encontrado en el teatro su casa espléndida, cada vez que se acerca a la televisión deja huellas. Así lo afirma su interpretación de Myriam en la telenovela Tan lejos y tan cerca, la madre con Alzheimer que tan hondamente caló en el televidente. Al respecto la actriz comenta:
Me emociona mucho haber llegado al alma de los televidentes con este personaje porque lamentablemente son muchas las personas que padecen esta enfermedad. Recuerdo que cada capítulo en que había alguna historia vinculada con ella, de inmediato eran muchas las opiniones satisfactorias que recibía, lo cual quiere decir que todo el esfuerzo por asumir este personaje no fue en vano porque el público se identificó con esta sensible madre.
También en televisión, el actor Rolando se llevó el lauro a casa por sus personajes Dany en el telefilme Pasos Firmes y Bruno en la serie Calendario.
Resulta un inmenso placer cuando se habla de premios en la categoría de doblaje, una de las especialidades más difíciles en materia de actuación. Viky Suárez, voz referencial dentro de la radio cubana, que todas las mañanas regala sus buenos días a los pequeños desde Radio Progreso, en esta oportunidad junto a Alfredo González fueron premiados con las obras Yo soy Calan y la serie que transmite El desafío de los Gobost, respectivamente.
Yumié Rodríguez es un nombre que, entre otras sus diversas propuestas actorales, pertenece al universo de niñas y niños. Su trabajo en radio y televisión, así como su manera de asumir los más diversos proyectos culturales lo afirman. Una tradición heredada de su madre Sady Flor y engrandecida con sus numerosas experiencias, la hacen hacedora del premio por la interpretación de obras de radio y televisión para niños, niñas y jóvenes. En este apartado también ganó las palmas la actriz María Laura Guzmán.
En este año en que la radio celebra su centuria, Yolexis González de la emisora CMHW de Santa Clara y Ángel Luis Martínez, para quien Radio Progreso se ha convertido en feliz asidero de muchos de sus proyectos, fueron los laureados en el apartado radial.
Un actor siempre bienvenido en la pequeña pantalla es, sin dudas, Héctor Noas y esta vez fue el cine quien lo condujo al premio con el filme Cuentos de un dia más, especialmente con la historia Él y ella. Nuevamente el dueto Amílcar Salatti y Yoel Infante dan un paso más hacia el éxito con esta propuesta.
Nuestra conocida Noelia Bermellón, mejor, la querida actriz Andrea Doimeadiós, por los predios del cine ya va también su impronta, y en ese apartado gana el premio Caricato con el personaje de Adelina en La novicia jardinera.
De esta manera, el Caricato, premio instaurado en 1979 y que rememora a Francisco Covarrubias —inspiración perenne para la actuación cubana corre sus cortinas por esta vez con la seguridad de que crear vidas, historias y nuevos personajes sigue siendo el gran reto. Para ello, consagrados y noveles optan por un lauro que habla de las almas y las enaltecen.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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Una de las voces más queridas dentro del periodismo y la crítica audiovisual de nuestro país, acaba de partir a otro plano existencial, dejando un profundo vacío en quienes hallamos en su trabajo fuertes columnas donde sostener criterios y posturas estéticas. Francisca Armas Fonseca, o simplemente Paquita, deja con su partida física una obra fértil, rigurosa y necesaria para entender los procesos socioculturales dentro de los medios.
Esa atracción por conocer, descubrir y hurgar en los procesos culturales, acompañó a Paquita en toda su trayectoria periodística, desde aquellos luminosos inicios en el periódico Ahora de Holguín, como correctora. Su trabajo periodístico y responsabilidades directivas en publicaciones como Somos Jóvenes o el Caimán Barbudo durante años, le valió el respeto y cariño de sus colegas, conscientes del rigor de cada uno de sus textos críticos.
Colaboradora frecuente de sitios como la Jiribilla, el Portal de la Televisión o Cubadebate, Paquita poseía la habilidad de conectar inmediatamente con el lector, desde un lenguaje llano, honesto y desprovisto de paternalismo. Los argumentos con los que vestía a cada una de sus valoraciones tenían la solidez y credibilidad de una profesional entrenada, objetiva y formada en la vieja escuela, donde disfrazar la verdad no era una opción.
Polémica siempre, querida por muchos e incomprendida por algunos, Paquita no hizo concesiones jamás en sus criterios. Fue fiel a su profesión y a sí misma; decisión valiente en tiempos en que la crítica cultural es tratada con demasiada delicadeza y cautela. Su preocupación por temas concernientes a la radio y la televisión abrió el camino para otros profesionales de la crítica y el periodismo. En momentos donde algunos preferían callar, Paquita ya decía las cosas por su nombre y ponía en su justo lugar a las obras nacidas en nuestros medios de comunicación.
Se extrañará su columna en el Portal de la Televisión Cubana o sus agudos trabajos en medios como Cubadebate o La jiribilla. Se echará en falta el amor y el compromiso periodístico de una mujer que vio en la televisión una zona temática ideal para el ejercicio de la crítica.