Acercamiento a programas de televisión que recrean las artes visuales y ahora promocionan la XIII Bienal de La Habana
Al contemplar una imagen, cada espectador elabora su propio código de referencias que le permite explorar otro universo, imaginarlo, en cierta medida. Se aprende de lo bello y de lo feo; lo dramático y lo jocoso. Este proceso es consustancial a los humanos, pues, en el siglo XXI, los imaginarios colectivos son productos de la representación mediática.
Públicos diversos en la pasada bienal de fotografía.
A la TV se le habla como si fuera un miembro de la familia, los públicos quieren satisfacer sus necesidades culturales, educativas, de entretenimiento, lo cual significa acceder a la cultura en la más amplia acepción del concepto.
En este sentido es loable que eventos, festivales, concursos, tengan una coherente presencia en la pantalla. Ocurre, por ejemplo, con la XIII Bienal de La Habana, la cual ya se anuncia en diferentes programas: Noticiero Cultural (Cubavisión, de lunes a viernes, 6:30 p.m.), Signos, (CE/2, lunes, 6:30 p.m.) y La otra mirada (CE, lunes, 10:00 p.m.).
Desde diferentes enfoques, estas emisiones reflexionan sobre el texto icónico –la imagen- que organiza una parte visible de la realidad mediante procesos mecánicos, psíquicos, y sus funciones representativa, simbólica, convencional.
Diferentes temáticas y estéticas distinguen las muestras expositivas.
Asumirá esta riqueza expresiva el mayor evento de las artes visuales en Cuba, donde participarán creadores de una veintena de países, destaca entre sus principios rectores, motivar la interacción de los públicos con artistas, curadores, expertos e instituciones. La Bienal ocupará en La Habana una gran parte de los espacios expositivos, lugares públicos, plazas, parques.
Los medios de comunicación audiovisual son idóneos para conocer, ideas, pensamientos, estéticas, tendencias, pues sus guionistas y realizadores asumen que el guion y la puesta en pantalla son determinantes en la calidad artística del producto comunicativo.
En ocasiones, algunos creadores interpretan lo educativo como didactismo a ultranza, olvidan que una metáfora es tan valiosa como un concepto científico si suscita emociones en públicos diferentes.
De acuerdo con el periodista Ignacio Ramonet: “La TV está dejando de ser progresivamente una herramienta de masas para convertirse en un medio de comunicación consumido de forma individual en diversas plataformas de forma personalizada”.
El enfoque fundado en la cultura es, por antonomasia, un discurso plural, incluyente. La percepción artística no es solo un acto de reproducción, sino de co-creación. El juego enunciativo de los medios de comunicación desemboca en lo que consideramos una cuestión ética: la responsabilidad de decir.
La interacción de los espectadores con las obras enriquece la recepción.
Asimismo, en la visualidad actual, la estética forma parte del tejido de la vida cotidiana. Lo estético existe fuera del universo del arte, en el que la belleza no ocupa el lugar cimero.
Nuevos desafíos le plantea la comunicación a los sistemas educacionales, culturales, sociales, dado el controvertido universo de temas, contenidos y soluciones formales que circulan por corrientes subterráneas.
El consumo cultural participativo es apropiación, recepción y uso. Como todo discurso, el icónico encierra asociaciones que la TV Cubana tiene posibilidades de seguir incorporando a la programación, en beneficio de la diferenciación estética individual, irrepetible.
Para contrarrestrar la influencia de la industria hegemónica del entretenimiento, ese medio debe privilegiar proyectos que beneficien la apreciación de códigos novedosos, el establecimiento de valores universales y jerarquías artísticas.
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