Entre tu y yo
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- Escrito por: Por: Ivón Peñalver / Fotos: cortesía del entrevistado
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Entrevista al joven locutor avileño que en poco tiempo ha asumido desempeños importantes en la radio y la televisión nacionales.

Nos conocimos por esos azares que implican la espera en alguno de los pasillos del ICRT y le confesé mi respeto por su trabajo, especialmente en Canal Habana. Poco tiempo después me hablaron muy bien de él, como profesional, hasta que asocié su rostro con la información recibida. Entonces pensé que no podía ser casualidad, se imponía, a mi juicio, hablar más de cerca con este joven avileño en que las inquietudes personales, más la herencia de provenir de la capital de la locución cubana, influyeron en su tan buena decisión de dedicarse a vivir detrás y por el micrófono.
La radio y la televisión, según el mismo refiere, son sus compañeras inseparables; acerca del porqué de tal aseveración, conversaremos de inmediato:
¿Por qué la radio y cuanto aportó en ti?
«Desde niño fui un empedernido oyente de ese mágico medio de comunicación. A tal punto que me enamoró, y ese “bichito” —como decimos nosotros— se fue apoderando poco a poco de mí.
«Yo me grababa e inventaba mis propios programas, imaginaba a los locutores y también un estudio de radio. En mi barrio no había vecino que se me escapara de una entrevista mía o al menos le tocaba escucharme leer. Esa etapa de mi vida fue muy linda.
«Un día la periodista, de mi municipio Venezuela, que tributaba a la emisora provincial Radio Surco en Ciego de Ávila, me entrevista acerca de mi vinculación con la casa de cultura de mi territorio. Gracias a esa entrevista, y a todo lo que pueda existir, la escuchó Ángel Lorenzo Broche Ruedas, maestro de radialistas en el centro de Cuba. Él, muy curioso, le preguntó a la periodista por ese niño que se había expresado tan bien, que si lo que yo había dicho estaba escrito o si algún adulto me habría ayudado. Ella le respondió que todo fue a mente, que habían sido mis palabras. Entonces, le pidió que se comunicara con mis padres y me llevaran por la emisora, pues iba a comenzar un programa infantil dirigido por él y quería hacerme algunas pruebas. Así fue, fui a la emisora, y hasta el día de hoy no me he separado de ella. Ese fue el momento que hizo que me enamorara de la radio.
«Al medio radiofónico le debo mucho. Primero que todo la disciplina, porque para poder tener éxito se necesita mucho de ella; también en su cabina he aprendido cuan necesario es saber escuchar críticas, buenas y malas; es imprescindible ser muy receptivo porque todo se aprende para lograr el mejor resultado».
¿Cuándo decides dar el paso de la radio a la televisión?
«A la televisión llego gracias a tres personas a las que siempre agradeceré: Aymé Rabaza Romeu, Reina Torres Pérez y Damián Betanzos Hernández. Ellos apostaron por mí contra viento y marea. Me propusieron para un proyecto que nacía en Televisión Avileña porque estaban buscando un nuevo rostro. Me presenté a la prueba de cámara y la aprobé. Solo llevo en la televisión 2 años, realmente es muy poco tiempo, pero lo digo con mucha satisfacción, todos los días aprendo.
Realmente la radio y la televisión son mis compañeras inseparables, no concibo estar un solo minuto de mi vida sin ellas».
¿Qué espacios asumes en estos momentos en la televisión y cuanto te han hecho madurar?
«En La Habana vivo hace aproximadamente un año. Fue una decisión que tomé, me arriesgué y aquí estoy. Te puedo decir, que siempre tengo que agradecer mucho, eso nadie puede quitármelo, porque son muchas las personas que me han abierto las puertas, las que siguen apostando por mí y me alientan a seguir adelante.
«Lo primero que hice cuando llegué a la capital fue Radio Reloj, la gran escuela para los locutores en Cuba; luego vendría Radio Rebelde, y en la televisión me inicié por Canal Caribe, en la revista En tiempo Real. Al Duke, un gran amigo y productor, también mi agradecimiento.
«Después de estos primeros pasos entré en la gran familia de Canal Habana, primero como sustituto en Habana Noticiario, hasta que pasado un tiempo me propusieron que fuera el titular. Allí, me siento en casa, quiero decirte que son excelentes compañeros de trabajo y profesionales. Luego Leyber Gómez, otro buen amigo, me dijo que estaban buscando un conductor para Conexión Cuba, que si me interesaba y bueno le dije que sí. Igual hice la prueba y Dumay, su directora, fue de las otras que me dijo un sí rotundo.
«Soy afortunado, en este poco tiempo acá he podido, a base de trabajo y mucho, pero mucho sacrificio, ir perfeccionando mi quehacer. Del Pablo de hace dos años a este, creo que ya ni se conocen, he madurado bastante. A veces pensaba que nunca podría llegar hasta aquí, solo lo veía como un sueño, algo inalcanzable. Pero la mayor satisfacción es poder reciprocar el afecto cuando voy por la calle y me paran, me saludan y halagan mi trabajo. Eso no tiene precio»
Mención aparte para tu intervención en el Canal cubano de Noticias. ¿Qué desafíos te impone ser parte del sistema informativo y convertirte en una voz noticiosa?
«Actualmente, soy uno de los presentadores de la revista Buenos días, otro gran reto, pues desde niño la veía antes de salir para la escuela, imagínate, estar ahora ahí trabajando no puedo expresar lo que siento. La noticia siempre me ha gustado, admiraba a Laritza Ulloa y Rodolbaldo Hernández; son mis paradigmas.
«Trato de darle matices a la noticia para que no sea tan plana y pueda llegar mejor a los televidentes. Creo, que estoy logrando un buen trabajo, soy y lo vuelvo a decir, de los que aceptan todo tipo de críticas. Muchos me escriben por redes sociales para elogiar mi desempeño, y lo agradezco mucho, pues a ellos nos debemos».
Pablo, ¿proyectos en el tintero y sueños por realizar?
«Soy un hombre soñador, eso nadie me lo podrá quitar; si he llegado hasta donde estoy ahora es porque para mí el cielo es el límite. Me gustaría mucho, aunque sea una sola vez, presentar el Noticiero Nacional de Televisión, también ser el conductor de un programa musical. Como ves, son muchos sueños —sonríe—, pero siempre con los pies bien puestos en la tierra, y sabiendo hasta donde puedo llegar. Me considero un locutor que puede desdoblarse, o al menos trato de hacerlo.
«No puedo terminar sin comentarte que tengo una niña de cinco años que es mi vida, por ella es que estoy acá luchando porque un día se sienta orgullosa de lo que ha logrado su padre. Ese sería mi mayor regalo, como padre y hombre.»
Esperemos que así sea para otras muchas personas a quienes Pablo agradece la mano extendida. De la misma manera, ojalá esta primera entrevista sea el inicio de muchas otras que refieran la validez de tu trabajo en la radio y la televisión cubanas.
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- Escrito por: Ivón Peñalver
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La reconocida actriz de teatro, cine y televisión comenta acerca de sus trabajos más recientes y proyecciones.
Luego de volver a verla en el telefilme A contraluz, de otra colega, Tamara Castellanos, reparé en que hacía algún tiempo no sabía de las andanzas actorales de la inquieta Yeny Soria, para quien —desde que conozco— la palabra imposible no existe.
Así, entre retos, ha transcurrido su aun joven pero notoria carrera. Con igual impulso ha pisado las tablas y se ha quedado prendada en un set de televisión o una jornada intensa de grabación para el séptimo arte. En cualquier caso, el juego por la vida —que en Soria se llama actuar— llena todos sus espacios y expectativas posibles. Sobre ello conversamos con la actriz, en entrevista con el Portal de la TVC:
Yeny, ¿en qué momento de tu carrera sientes que estás?
«Me encuentro en un stop, no definitivo, y mucho menos creativo, sino un stop para conmigo misma que me permita autoanalizar los trabajos que he podido realizar hasta hoy como actriz, y a partir de esa base, entonces, buscar algo diferente dentro del catálogo de personajes que he interpretado en cine y televisión; algo que me pueda retar como profesional y mujer.
«Es una especie de estado de espera, no quiere decir que me mantenga sentada de brazos cruzados porque no es mi personalidad; pero sí en espera de un personaje que logre enamorarme profundamente, alguna historia que “revolucione” dentro de mí sentimientos que, en estos momentos, necesito volcar.
«Mi carrera ha sido y es mi terapia, solo que ahora necesito de una propuesta así. Realmente esa sensación extraordinaria la sentí mucho en la película Oscuros amores. Fue una gran oportunidad de retarme y vivir experiencias nuevas. Trabajé con un elenco con el que siempre soñé desde pequeña: Enrique Molina, Luis Alberto García, Isabel Santos; actores que al verlos desde la primera vez significaron un antes y un después para mí y me llevaron a enamorarme completamente de esta carrera. Por tanto, trabajar con ellos y ser dirigida por Fernando Pérez fue una meta cumplida, un sueño logrado, y cuando eso sucede, entonces una se da cuenta que está en un punto en que necesita saber qué rumbos tomar. Ese camino solo puede señalarlo algo que me ilusione dentro de un proceso creativo.»
Yeny Soria junto al reconocido actor cubano Luis Alberto García en el filme Oscuros Amores, de Fernando Pérez (Foto: cortesía de la entrevistada).
En alguna entrevista decías: “los personajes me hacen vencer los miedos” ¿Cuáles esencialmente, y cuál es la fórmula para vencerlos?
«Pienso que los actores nos inclinamos a este medio porque a través de los personajes podemos decir las verdades más oscuras y profundas totalmente justificadas, ya que en la vida siempre se está tratando de ir por un rumbo correcto, lógico, para ser un buen ser humano, ante todo; pero sucede que el individuo es un ser complejo, que se mueve entre ángeles y demonios, sombras y partes claras. Es entonces cuando la actuación logra la magia de romper cualquier hechizo.
«En mi caso, muchas veces, siento miedo al ridículo, a pasar vergüenzas, a la muerte…, pero a través de la actuación cada uno de ellos se van. Es una total liberación cuando me “disfrazo” de un personaje y me adentro en su sicología. Entonces puedo estar haciendo el mayor ridículo del mundo, que no me da absolutamente ninguna vergüenza. La actuación me ayuda a conectarme con ese otro yo superior que transgrede todo tipo de dudas e imposibles. Y por eso es mi antídoto absoluto para vencer el veneno del miedo. En la medida que me escudo detrás de otras sicologías, vestuarios, maneras de hacer y proyecciones ante la vida, los personajes se convierten en terapias de liberación y alivio.
«Recuerdo que, trabajando en teatro, me coincidieron en un momento las funciones con situaciones personales muy fuertes. Se trataba de una obra donde asumía el papel de una actriz adicta, con un poco de esquizofrenia, y te aseguro que durante ese tiempo de presentaciones yo lo iba dejando todo en el escenario, tanto, que al concluir el tiempo de la puesta logré sanar muchos de los dolores que en ese periodo llevaba conmigo. Por tanto —y te repito—, para mí la actuación es ese antídoto hermoso que evade mis dolores y las alegrías las traslada y expande hacia un espacio de arte desde el cual me propongo ofrecerles a las personas, de la manera más bella posible, la posibilidad de hacerlos sentir, pensar… vivir.»
Recientemente disfrutamos de la destreza histriónica de Yeny Soria en el telefilme A contraluz, dirigido por Tamara Castellanos (Foto: Cortesía de la entrevistada)
¿Cuál sería el personaje que anhelarías interpretar, especialmente para la televisión?
«Desearía asumir un personaje negativo, duro, y que en la misma historia muestre de modo claro toda su verdad; un personaje que sicológicamente se desarrolle de manera tal que el espectador se llegue a identificar y/o entender su por qué, y aun negativo pueda ser humanizado de manera brutal, hasta poder poner en su piel a todos los espectadores.
«Un personaje que, por demás, en ese mismo periodo de crecimiento logre un cambio interno para bien, eso significa que tendría que ser diseñado de modo tal que su recorrido y crecimiento sicológicos sean loables y, mejor, que pueda vivirlos junto con el televidente.
«Y como mismo anhelo esto, no podría dejar de confesar que espero por un personaje dentro de una telenovela, o preferiblemente en el cine, que tenga que ver con el musical y me haga explotar toda esa potencialidad que tengo como bailarina, que me encanta. Realmente me apasiona la danza y muy en particular la contemporánea. Y, sí, también sé que esa oportunidad llegará a mi vida.»
Dentro del video clip has asumido varios papeles, desde mujer desenfadada hasta otros con alta dosis de dramatismo ¿Qué importancia le concedes a la actuación dentro de esta expresión artística?
«El video clip es otro trabajo hermoso y a nivel de actuación creo que igual exige rigor y entrega. Se trata de una historia contada en pocos minutos con la que las personas se pueden sensibilizar.
«Este género también me ha ayudado a que las personas me conozcan como actriz, pues se mueve en facetas mucho más amplias, y más allá de la televisión. Ahora mismo, en los tiempos que vivimos en redes sociales, en la proyección visual en bares y restaurantes, los audiovisuales forman parte del entramado de estas locaciones. Además, al ser la música el elemento que genera el producto, esta fluye de otra manera, porque un video puede verse tantas veces como se desee, y eso, por supuesto, me ha ayudado a expandirme como actriz.
«He tenido la suerte de ser premiada en dos ocasiones: una, con el audiovisual de Beatriz Márquez, Te espero en la eternidad, y luego con País, de Ivette Cepeda.
«Por otra parte, esta expresión artística me ha llevado a ampliar mis relaciones sociales, algo que es esencial en nuestro medio. De esa manera, he afianzado lazos con músicos, cantantes, realizadores…, pues resulta hermoso que ellos te admiren como profesional y, a su vez, a una le suceda lo mismo con el desempeño de colegas cuyos caminos también convergen en función de ofrecer un buen producto artístico al público.»
Yeny junto al actor Niu Ventura en una puesta en escena de la obra La señorita Julia, de Teatro Buendía (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Yeny, adelántanos entonces qué propuestas tuyas están por venir
«Sí, está por salir la película Aislados, hecha por cuatro directoras; específicamente la de mi historia es Sailin Carbonell, también actriz, y este es su primer trabajo como directora.
«Esta vez trabajé con Bárbaro Marín. Fue un lujo enorme también porque habíamos coincidido en otras propuestas, pero no como personajes que pudieran coincidir en una misma historia. Además, actué en un teleplay de Rey Castañeda, bajo el título de Siluetas, que está próximo a estrenarse en el espacio Una calle, mil caminos.
Así, llena de proyectos, Yeny Soria, sin vergüenza, refiere sus miedos mientras los encara tras la piel de personajes que van y vienen, ya sean como Insumisas o marchando A contraluz. En cualquier caso, se propone y logra ser coherente con cada propuesta que llega ante sí, por lo que, definitivamente, la convierte en uno de esos rostros que la gente espera y de no ver, extraña.
Tal vez, ni siquiera imaginó en aquellos inicios en el grupo de teatro Olga Alonso algo de lo mucho que ha conseguido en materia de actuación. Lo que sí es evidente que el teatro, el cine y la televisión le sonríen y que entre sus logros atesora el respeto de Fernando Pérez como gran premio de vida, así como los tantos aplausos de muchos de los que hoy se acerquen a estas líneas.