El jueves 17 de julio, a las 2 de la tarde, tuvo lugar en el cine Chaplin la premier del telefilme Raíz, escrito y dirigido por Yul Martínez, y que será estrenado para la televisión en la revista juvenil Una Calle, mil caminos, este sábado 19 de julio.
La premier sirvió para conocer a través del director del filme y de sus protagonistas las dinámicas productivas y de creación de un material audiovisual sensitivo, donde muchos temas pertinentes en el debate social se posaron con mayor o menor acierto, pero eso sí, tratados desde la raíz.
Raíz nos presenta la historia de Caleb, un adolescente de 15 años, dividido entre el amor por la danza, los prejuicios de un pueblo pequeño, la enfermedad del hombre que lo ha criado y las marcas de un abuso no declarado. El conflicto va de menos a más, como si de una pieza coreográfica se tratase, y el aparente estatismo visual y narrativo de los primeros 20 minutos es devorado por el dramatismo de una historia fragmentada, sugestiva, llena de puntos ciegos que la hacen más inquietante y cercana al espectador.
Yul Martínez, en su doble calidad de guionista y director, logra articular un relato maduro, que por momentos renuncia a una narrativa estrictamente aristotélica, para mostrar fragmentos puntuales de la vida de este adolescente y su familia. Martínez reescribe su guion desde la puesta en escena con el buen empleo de especialidades como la fotografía, el montaje y la banda sonora. Esta última, a cargo de Rubén Bárzaga , retrata a cabalidad los estadíos emocionales del protagonista, sus más profundas angustias y sus momentos de felicidad y realización.
El trabajo coreográfico, aunque contenido y más visual que técnico, está en correspondencia con el propósito artístico de la obra: mostrar un camino de sanación a través de la danza; caminos insipientes, discretos; esos que forjan para siempre el carácter y la calidad humana.
El joven actor Darío Rivero, borda con hilos de oro su interpretación de Caleb, un adolescente rebelde, inconforme con su realidad y marcado por un terrible secreto que lleva a sus espaldas como si de una carga pesada se tratase. El actor convence desde el primer plano; es orgánico, dúctil, sensitivo y con un conocimiento de su cuerpo admirable. Caleb en Darío, es un ser que constantemente danza, hasta en los momentos de inmovilidad. Su cuerpo todo se hace a la escena y la cámara capta hasta sus más imperceptibles expresiones.
Néstor Jiménez nos entrega una de sus interpretaciones más memorables y emotivas. En Raíz el veterano actor interpreta a un hombre enfermo de cuerpo y espíritu, apaleado por la vida y provisto de corazas emocionales que poco a poco ha de quebrar para reconectar con su hijastro.
No es Raíz un relato con final complaciente, triunfalista. El guionista propone un desenlace audaz, donde las prioridades y el agradecimiento pasan a un primer lugar, dejando claro que la vocación yace dentro de uno, como una raíz, dispuesta a brotar en el momento en que estemos preparados para el reto.