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Uno de los defectos del programa de participación musical Sonando en Cuba fue su presentador Carlos Luis, que no estuvo a la altura de lo que se esperaba de él a partir de su buen nivel de actuación y su atractivo físico. Todo el mundo recuerda como en sorna se decía “no tengo palabras”, la muletilla que utilizó el joven en más de una oportunidad.

Pero, hoy prefiero ese comodín del lenguaje a una manera ¿centroamericana? ¿suramericana? ¿marciana? de presentar un espectáculo.

Yasbel es, según anunció Paulo FG, la presentadora de esta nueva andanada de ¿Sonando en Cuba?. Se que en algún momento trabajó en la televisión cubana, pero lo que enseñó en el Teatro Carlos Marx es justamente la forma en la que no se debe conducir en nuestro país por entonación y con un desconocimiento absoluto del uso de la tableta, porque sólo en el primer minuto le conté tres errores (lo que es un horror).

Si desean que este nuevo espacio de competencia musical sea una buena producción, lo primero que deben hacer es buscar un conductor o conductora que pueda hacerlo bien. Si prefieren un rostro poco conocido están a tiempo de realizar un casting, una forma acertada de encontrar nuevos rostros para la televisión, sin usar la generalmente arbitraria designación de dedo.

El concierto ¿Sonando en Cuba?, y televisado este último domingo, tuvo como punto de partida el reconocimiento a un grupo de instituciones que colaboraron en el programa de participación el pasado año.

Creo que el fin es loable pero ¿por qué se perdió lo que se había ganado en la propuesta inicial? ¿Quiénes vistieron y peinaron a Karen  Giselle Oduardo Díaz, Rosalía Gómez, Rayner García Gil y Hasty Roseth Olivera Sánchez?. Esta última, la peor vestida, parece haber sustituido a la cuarta finalista Elizabeth Álvarez Torres.

Paulo cantó con todos ellos y también con Nina, que la presentaron como una intérprete estadounidense y no me aparece en mi búsqueda en el ciberespacio, por lo que no puedo ofrecer ningún dato de ella.

Y bueno en este ¿Sonando en cuba? cantó, bailó, se adueño del escenario Super Ray con un hip hop bien tocado pero que no tiene nada que ver con el SON .¿Acaso Sonando en Cuba no nació para rejuvenecer la interpretación de la música que nos identifica?. ¡Y para colmo en inglés!.

El espectáculo tuvo la participación de La charanga habanera, hecho que aplaudo pero nunca batiré mis palmas para una canción que diga “que yo soy tu hombre, soy tu charanguero, tu me tienes loco, coge mi dinero” ¿acaso eso no incentiva la prostitución?.

Filmado y trasmitido en alta definición por la planta Duaba, este espectáculo, que rompe los presupuestos estéticos de su propuesta inicial (con todos los defectos que tuvo),   demuestra que no bastan pantallas led ni luces inteligentes. Todo el desarrollo tecnológico tiene valor cuando el dedo que poncha las cámaras sabe lo que hace.

Ojalá en la competencia renazca de verdad, sin los problemas que tuvo el primero, un nuevo Sonando en Cuba, un espacio en defensa de nuestra música, para que RTV comercial mantenga su alto average en programas con calidad.