Reflexiones sobre el valor del ejercicio crítico a partir del audiovisual.

¿¡Quién no ha sentido un cálido estremecimiento al ver películas de otros países y épocas distantes o escuchar canciones que evocan sufrimientos personales como si los hubiéramos contado al otro en detalles!?

Desde tiempos inmemoriales las preocupaciones sociales, culturales, políticas, dilemas del ser humano nutren los laberintos de la existencia, el discurso artístico.

En la actualidad han surgido nuevos usuarios en diferentes contextos, de ahí la necesidad de generar en la TV tradicional formas y contenidos atractivos del espectáculo con una utilización intencionada de las nuevas tecnologías, lo cual favorecerá la capacidad interpretativa por parte de los lectores críticos, reflexivos.

Tal vez no siempre se piensa en promover la idea de que el conocimiento puede ser placentero, ayuda a ejercer la inteligencia, amplía el entendimiento sobre cuestiones esenciales del mundo en que vivimos.

Nunca olvido una lúcida apreciación de Juan Formell, compositor, intérprete, fundador-director de la orquesta Los Van Van: “Las músicas auténticas, los valores formativos, el cine de calidad, la constante actualización cultural beneficia desde edades tempranas. Debemos aprovecharlos, descubrirlos, promoverlos”.

De alguna manera enfocó una ruta crítica que siguen programas televisivos: Música del mundo (Canal Habana, jueves, 8: 00 p.m.), Noticiero cultural (Cubavisión, de lunes a viernes, 6:30 p.m.), Los éxitos de La séptima puerta (Cubavisión, viernes, 10:30 p.m.), Espectador crítico (Cubavisión, sábado, 10:30 p.m.). No son los únicos espacios que amplían la multiplicidad de enfoques en el contexto general de las prácticas simbólicas. Buena parte del mundo desarrollado y menos desarrollado es una sociedad mediática multipantalla.

Esta omnipresencia influye en la ocupación del tiempo, de la propia existencia. Educar la mirada se consigue mediante el proceso de autoaprendizaje que propicia aumentar la capacidad del intelecto, la comprensión del complejo entorno propenso a la saturación de los sentidos, de las mentes, al embotamiento perceptivo.

No hay que vivir en una urna de cristal, sino detectar cuando nos dan gato por liebre. Cultivar el juicio sereno como la pasión mayor tampoco quiere decir rechazar el pensamiento polémico, este si es creador, es polémico.

El hábito se construye. Igual ocurre con el gusto. Hay que comprender el arte en su dimensión de sistema de signos cuyas unidades articulan cierta intencionalidad comunicativa, la cual indica caminos para descubrir qué representa lo expuesto, el significado del lenguaje estético.

La imagen habla sin palabras en momentos secuenciales de cualquier relato. Ni en el cine, ni en la literatura bastan las buenas ideas, el propósito de renovar lo conocido requiere dominar la dirección de arte, el diseño fotográfico, el color, la música, entre otras especialidades.

Han dado fe de un exquisito cuidado visual las telenovelas Oh, La Habana, El naranjo del patio, Polvo en el viento. Fueron producidas en décadas pasadas sin los recursos tecnológicos de la actualidad y exhiben una sintaxis que despierta emociones muy lejos del panfleto.

Aunque en ocasiones lo olvidamos, la TV media entre lo que sabemos de la realidad y la valoración de las mayorías de esa realidad, el medio reafirma la dimensión antropológica de la cultura, que es un ente híbrido, diverso, donde confluyen saberes populares, cultos, masivos.

Cada texto audiovisual lleva implícita una teoría filosófica, hay que descubrirla refigurada dentro de un corpus general. Ver el medio televisual en familia suele ser una práctica habitual en Cuba. Hay que aprovecharla para intercambiar pareceres sobre las historias de vida, lo violento, las buenas prácticas, lo banal, lo positivo, la dimensión de lo útil, del riesgo, los cruzamientos de criterios entre generaciones diferentes a partir del ordenado universo de la justicia, el mejoramiento humano, el descubrimiento del diálogo, sin duda el mejor antídoto ante la incomprensión y el dañino silencio.

Tomado de Bohemia

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