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- Escrito por: Sahily Tabares Foto: Jorge Valiente
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Reflexiones sobre una serie, su posicionamiento ante la realidad y el lenguaje audiovisual
Los medios de comunicación audiovisuales lideran en el proceso constructivo de la identidad narrativa de toda sociedad. Con independencia de las transformaciones condicionadas por perspectivas intermediales, la TV continúa siendo privilegiada, pues en ella, filmes, telenovelas, series, otros formatos, patentizan que la industrialización de relatos e imágenes se ha vuelto una cuestión de envergadura antropológica.
¿Cómo hacer televisión en una época en que somos a la vez espectadores, audiencias musicales, lectores, internautas, participantes activos en relatos intertextuales? Guionistas y directores son conscientes que un buen relato es una experiencia emocional llena de sentido, cuando más perfecta es la obra tanto más ausente de ella están las intenciones.
Este precepto lo asumen, en ocasiones, series estadounidenses que se producen y reproducen por diferentes vías desde una perspectiva de la cultura global, la del entretenimiento, esta ocupa el primer plano en las entregas audiovisuales de mayor demanda. Signos y códigos urden tramas simbólicas, discursivas, de acuerdo con grupos que dominan el mercado y establecen su hegemonía.
La diferencia entre una práctica artística y otra es el posicionamiento ante la realidad y el lenguaje, por esto es importante la crítica de la cultura que abarca diferentes campos mediante un enfoque transdisciplinario e incluye aportes de varias disciplinas: la sociología, la filosofía, el psicoanálisis.
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- Escrito por: Paquita Armas Fonseca
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En abril de 1994 la entrevista Chasqui, de la Ciespal publicó este texto: Juan Padrón y los dibujos animados: UN HUMOR MÁS QUE BLANCO...TRANSPARENTE.
Veintiséis años después gracias a la digitalización puedo reproducirla para los lectores cubanos.
A Padroncito, Juanito, Juan Padrón le gustó, me lo dijo. Habría que actualizarla, por ejemplo con lo que confesó en una entrevista posterior que había recibido “la orden Félix Varela de primer grado, Medallas Alejo Carpentier y Por la Cultura Nacional, Premio El Diablo Cojuelo, ocho Premios Coral, etc”. El etcétera es tan largo como su obra lo merece, pero añado el Premio Nacional de Cine.