Me voy a tomar la libertad de alejarme hoy de mi tema preferido para inmiscuirme en otro en el cual soy un televidente más, pero es que la actual temporada de Sonando en Cuba realmente me ha movido al comentario.
Sé que algunos críticos se centran en el parecido con otros programas de similar corte, pero nadie puede negar que Sonando... rezuma cubanía por los cuatro costados, y ha sabido hilvanar un excelente producto televisivo a pesar de nuestras carencias de siempre.
También es evidente el crecimiento con respecto a su primera temporada, de la cual extraño las visitas a las casas o las escuelas de los muchachos para anunciarles que entrarían en el programa, pero debo reconocer que desde la misma calidad de los clasificados hasta el trabajo de los mentores ha sido muy superior a la primera entrega.
Esto último me parece lo más importante, porque aunque se trata de una competencia, lo que se llevará la gran mayoría de estos talentos son los conocimientos adquiridos en el transcurso de estos meses, pues a pesar de que sus cualidades innatas son palpables, también es evidente el desconocimiento de nuestro rico álbum musical, y por eso más de uno ha cometido errores en las letras. 
Detalle importante sin dudas, pero que no desluce para nada un show como este, porque sí, estamos en presencia de un show en toda la línea, y dicho de la mejor manera, sin el sentimentalismo barato que me ha hecho siempre rechazar este tipo de programas hechos en otros países latinoamericanos.
Aquí las lágrimas brotan por el crecimiento sostenido de los participantes, por lo bien que se mueven de un género a otro, y por el carisma que muestran sobre las tablas.
Además, cuando han tomado el micrófono para salirse del guion, lo han hecho con total naturalidad y con sabias palabras, no esperadas de unos jóvenes en pleno proceso de madurez. 
Si algo debo señalar como aspecto a mejorar para una siguiente temporada sería el criterio regionalista con que fueron separados los concursantes. Me parece perfecto que se haga el casting por todo el país, pero luego se deberían sortear los competidores para evitar lo que pasó en el primer corte, cuando la sobreviviente del Centro acumuló menos votos que el tercero de Occidente, y aunque no soy un experto ni mucho menos, no me parece que fue por fatalismo geográfico.
Es solamente un punto de vista personal y a lo mejor estoy equivocado, pero de lo que sí estoy seguro, porque lo he comprobado en la calle, es de que Sonando-2016 ha conectado un jonrón con bases llenas.
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