Los temas médicos ocupan un lugar importante en la programación televisiva cubana
El alcance que posee la televisión en Cuba ha demostrado su efectividad en el abordaje de asuntos de sumo interés para la población.
Uno de los que con más frecuencia se tratan en la TV son los temas médicos y el análisis de determinadas patologías, junto con las causas y consecuencias para el paciente.
Para la doctora Mercedes Marata Medrano los medios de comunicación tienen una poderosa influencia en la familia, que asume como propios muchos de los comportamientos y patrones socializados en ellos.
En su opinión, “diversos son los programas televisivos que orientan a la población en torno a distintos temas de la medicina. Entre ellos están La dosis exacta, Saludarte, 40 semanas y más, las secciones de salud en Hola Habana y en De tarde en casa, entre otros”.
La también especialista en Primer Grado de Dermatología considera que “muchas veces las personas, por miedo o ignorancia, no acuden a tiempo al médico y en este sentido la radio y la televisión funcionan como emisores de información útil para elevar la cultura médica de las familias”.
Otro elemento importante son los patrones cosmetológicos impuestos por las industrias culturales y legitimados también a través de los medios. Las personas, sobre todos los jóvenes, prefieren usar determinados maquillajes, productos estéticos o accesorios en el cuerpo, que son aceptados socialmente pero agreden y perjudican al organismo.
“Por esta razón aún es necesario realizar programas que no se queden solamente en entrevistar al personal médico sino que también permitan un acercamiento a los elementos sociales y culturales de las patologías, a nivel individual y colectivo”, valora la entrevistada.
La doctora Medrano considera como muy positivo el enfoque integral de la enfermedad que se logra en el espacio Saludarte, del Canal Habana. En él la atención no recae solamente en los criterios del especialista invitado sino que se le otorga un lugar preponderante a las opiniones y experiencias de los pacientes y sus familias, que también viven, desde otras aristas, la enfermedad.
“Aunque son varios los espacios que hoy tratan el tema en la TV, existen aristas que aún no han sido suficientemente abordadas, como la relación género-salud, género-raza, salud-trabajo, los prejuicios y estereotipos en torno a determinadas patologías y el logro de un enfoque nacional de las enfermedades, es decir, una mirada mediática que no se centre solamente en la capital sino que abarque las percepciones y prácticas de la población en toda la Isla”.
A juicio de la entrevistada, el empleo por parte de los especialistas de un vocabulario familiar, alejado de complejos tecnicismos y la constante retroalimentación con los televidentes (para conocer realmente sus preocupaciones, intereses y tabúes) constituyen claves esenciales para lograr la comunicación con el público, “que espera en su pantalla un profesional de la salud que lo oriente con respeto, no una autoridad que lo regañe”, acota.