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- Escrito por: Ivón Peñalver
- Categoría: Temas
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Sábados de Gloria ya es historia, pero uno de los conflictos más interesantes de esta telenovela fue, sin duda, el vínculo amoroso entre los personajes de Isis y Melissa, en su búsqueda de la felicidad al conformar una familia propia.
Con el final de la teleserie, también se despide la que comenzó siendo una relación tortuosa entre Isis y Melissa, interpretadas por Raquel Rey y Ariadna Delgado. Dos excelentes actrices que, por primera vez, asumieron roles con estas características en la pequeña pantalla. Aunque desde el punto de vista psicológico pudo haberse profundizado más en los motivos de ciertos comportamientos —especialmente los de Melissa—, resulta alentador ver cómo las relaciones homosexuales ya no se muestran únicamente en la superficie, sino que existe un intento serio de explorar los conflictos más íntimos de una familia homoparental, en la que también debe procurarse el bienestar de un niño.
En medio de tales indagaciones, la postura del padre biológico del niño rozó por momentos lo caricaturesco. Su machismo tradicional se presentó de forma tan obvia que terminó siendo el conflicto más reiterado. Tal vez, si el guion hubiese desarrollado con mayor solidez su figura desde el punto de vista psicosocial, la fuerza de ambas madres se habría visto aún más reforzada.
En entrevistas, ambas actrices coinciden en que fue una experiencia enriquecedora, al abordar una relación que aún hoy sigue siendo compleja de representar. No obstante, el intento de reflejar la formación de una familia no tradicional, e insertarla en la cotidianidad sin mayores tapujos, logró llegar al televidente a través de un discurso más simbólico que explícito.
La familia compuesta por Melissa, Tonito e Isis, conviviente en la casa familiar de esta última, se convierte en una mirada necesaria, mesurada y certera a la diversidad de la realidad cubana. El tratamiento psicológico de la relación amorosa, en la que la estabilidad emocional del niño es lo más importante, se manejó desde múltiples aristas, logrando sobre todo destacar esa dualidad maternal en la que Isis, sin ser la madre biológica, adoptó un rol crucial.
Este personaje encarna el mayor apego intelectual del niño, representa seguridad y a la vez ternura, y esos rasgos completan la visión de unidad que ambas mujeres proyectan. Una representación que, aunque por momentos idealizada, parte de la necesidad de mostrar cuán importante es abrirse, como sociedad, a una visión inclusiva de la familia como sostén de la vida.
Raquel Rey y Ariadna Delgado regresaron a la televisión con personajes que invitan a una reflexión profunda sobre valores como la ternura, la entrega, la responsabilidad y, sobre todo, el amor. En ese conjunto, merecen también reconocimiento las actuaciones de los primerísimos actores Diana Rosa Suárez y Mario Rodríguez, quienes interpretaron a unos padres capaces de abrir las puertas de su hogar, más allá de sus propias creencias, en pos de la felicidad y la unidad familiar.
Ellos también fueron piezas esenciales para despedir con respeto un conflicto que, desde la honestidad emocional, concluyó con el renacer de una relación homosexual... que deja, sí, sabor a gloria.
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- Escrito por: Rubén Ricardo Infante / Fotos: Tomadas de Internet
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Uno de los temas más recurrentes en la producción audiovisual son los dramas familiares, donde se pueden subdividir por las temáticas y las relaciones que se establecen. Dentro de ellos los referentes a las relaciones madres e hijos son bastante frecuentes.
Según refiere la sinopsis: “Patri es una madre autoritaria que lucha por conectar con su hijo adolescente, decidido a mudarse con su padre. En un intento por demostrar que es genial y mantenerlo bajo su techo, ella, que además es camionera, se ofrece a llevar a su hijo y a sus amigos a un viaje de campamento mientras compite por su afecto”.
En este sentido, el filme argentino Campamento con mamá (Martino Zaidelis, 2024) resaltó la relevancia del mismo, a partir de los conflictos entre un niño y su madre. La manera de enfocar la narrativa del filme nos adentra en una realidad bastante conocida: los miembros de las familias no se escogen; por tanto debemos hacer más fácil cualquier tipo de vínculo entre ellos.
Esa pudiera ser la lección que nos deja este filme, donde cada uno de los protagonistas vive un proceso de aprendizaje. Por un lado, el niño comienza a apreciar los valores de su madre (al inicio posesiva y controladora) y ella aprende a dejar en libertad las decisiones más elementales.
Por el propio título, el espectador que pudo apreciar esta propuesta o el que no, sospecha que la misma refiere a la estancia durante un campamento de verano de un grupo de adolescentes y la madre de uno de ellos, aquel que precisamente no valora a su madre, capaz de asumir la transportación, cuando una situación pone en riesgo la propia realización del campamento.
Los días fuera de casa, la capacidad de cada uno para adaptarse y valorar más la importancia del vínculo, serán los factores que tributarán a que el campamento sea un espacio de transición para las relaciones familiares.
Exhibida el domingo Día de las madres en la revista cinematográfica Arte 7, Campamento con mamá es un filme ligero que nos permite pasar un rato agradable en familia. Su sencillez y valores hacen que resulte atractivo para todos en casa y esa sencillez no termine siendo un defecto, sino una característica para esta historia familiar.