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- Escrito por: Frank Padrón
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Ha sido un verdadero acierto que uno de los programas radiales más antiguos (fundado en 1966) y apreciados por públicos sobre todo integrados por oyentes de la tercera edad, "Nocturno" (Radio Progreso, 8:30 p.m, retransmisión 12 m, ) haya viajado hace algunos años a la TV, específicamente a través del Canal Educativo, los jueves a las 8:45 pm.
El programa que dirigiera durante cuarenta y cuatro años el radialista Emérito Martínez, tuvo como realizador fundador a Rafael Suarez Yera y contó entre sus conductores a actores y locutores prestigiosos tales Pastor Felipe, Julio Capote, Juan Ramón González Ramos y Julio Alberto Casanova, entre otros así como respetables editores (Pepito Ciérvides).
Especializado en la música de la llamada "década prodigiosa" (1960/70) aunque continuara avanzando en el tiempo, "Nocturno" conoce felizmente esa versión televisual donde se ofrecen segmentos con piezas musicales ( no pocas anteriores al surgimiento del llamado "video clip") de la época, algunos incluso en blanco y negro, no siempre con la calidad técnica ideal pero que tienen el encanto de devolvernos una irrepetible era musical y con ella rostros y voces que no pocos -sobre todo los más jóvenes- jamás habían visto.
Alfredo Pérez Burgos es el director de esta saludable hazaña televisiva, pero junto con la certeza de promover aquella música que signó de manera indeleble nuestros años mozos, deben anotarse algunas reservas.
El "Nocturno" de TV hace sus "trampitas" y propone música no solo más acá en el tiempo, sino de cantantes que por una razón u otra nunca aparecieron en el referente radial (no olvidemos que hubo prohibiciones y censura, en una etapa, sobre todo a la música anglosajona, lo cual obligaba a programar versiones españolas de esos hits internacionales, muchas de dudosa calidad).
Quizá sea una licencia que pertenece al reino de lo que " pudo ser" y en el fondo muchos agradecen, pero no es rigurosamente cierto cuando se escucha al locutor decir: "un éxito de siempre" o algo así.
Quizá aceptada esa premisa sería agradecible entonces recibir propuestas de mayores quilates que otras sí muy "sonadas" en la época pero carentes de más valor que la pura nostalgia.
Una costumbre que el espacio debe desterrar, a mi juicio, es poner videos que a simple vista demuestran que el cantante vocaliza en su idioma original mientras se escucha cantando en español.
Amén del desfase imagen/sonido, la pifia salta a la vista y al oído pues generalmente los movimientos de la boca delatan la realidad. ¿No es más fácil y elegante programar la versión original aunque sea otra la lengua en que se canta?
(Recientes audiovisuales con el italiano Gianni Morandi y el francés Joe Dassin revelaron este truco pueril).
Otro señalamiento sería para el conductor, Marlon Alarcón Santana -uno de sus miembros más permanentes en el colectivo del espacio radial- quien, si bien ha dotado a "Nocturno" de todo un sello, pudiera resultar un tanto menos enfático y engolado a la hora de presentar y comentar la música o introducir ciertos slogans.
De cualquier modo, esta cita semanal con una música que definió en buena medida el mapa sonoro de décadas atrás, resulta un verdadero oasis en un contexto donde, como sabemos, es otro el tipo que predomina y lidera.
Y una oportunidad de que las nuevas generaciones la conozcan, mientras los mayores aprovechan para, como reza uno de los " mantras" del programa : "soñar y recordar".
Felicidades a los realizadores y al Canal Educativo por tal oportunidad.
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- Escrito por: Frank Padrón
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No voy a abordar este ítem desde la postura del guionista y conductor de un programa de cine, si acaso como un melómano y cinéfilo irremediable, un simple televidente que sigue cada vez que puede la fusión de estas pasiones.
Entre los aciertos del canal Clave (el cual desde su nombre anuncia el perfil musical que lo caracteriza) figura sin dudas el trasmitir varios espacios fílmicos que tienen al pentagrama de protagonista.
Entre ellos, Noche de clásicos (viernes, 10 pm) que tal indica su título, ofrece títulos importantes en la historia del cine con tal característica.
La abundante y variopinta comedia musical en Estados Unidos en diversos períodos, el cine de cuplés en España, los melodramas mexicanos de rancheras y boleros, la producción cubana previa a 1958, el “cine de tangos” argentino y algunas muestras del gigante asiático, caben en un programa que cuenta con los comentarios especializados de su conductora Brenda Lorenzo, quien analiza con lucidez y pormonorización las sutiles interrelaciones entre ambas artes dentro del título puntual que se presenta en las emisiones, demostrando conocimiento y agudeza.
También en secuencias importantes dentro de la útil sección “Cuando el sonido dirige”, diseccionando sutilmente segmentos de ciertas obras en las cuales la banda sonora desempeña un importante rol dramático.
Bajo la dirección de Arlén Calderón , el espacio muestra un impecable trabajo de edición e imagen que le confiere fluidez y vigor, acentuado por el indudable carisma de la presentadora, quien aun abordando temas complejos se hace entender con un lenguaje asequible (y a quien, por tanto solo reprocharía el arrevesado slogan final: esa “vibración intensa de densidad infinita” que me parece toda una “nota discordante”).
Verdadera cátedra de cine musical -género con tantos adeptos- significa entonces Noche de clásicos. Por ello quizá alerto acerca de los criterios de selección, no siempre rigurosos.
Difícilmente, por ejemplo un filme chino algo banal como Nuestros días brillantes pueda considerarse un clásico, porque además su fecha de realización (2017) no permite aun incluirlo en ese grupo.
Para tales títulos recientes y en no pocos casos nada extraordinarios, mejor vendría otro espacio (como Cine Clave).
Aunque tampoco antigüedad significa automáticamente condición de clasico. Saben bien los realizadores del espacio qué condiciones debe reunir un título para ser incluido en tao categoría.
Pero de cualquier manera saludo y felicito al colectivo del programa y al canal por permitir, sobre todo a las nuevas generaciones, enfrentarse y conocer habitualmente en muy buenas copias, la rica tradición del cine musical de todas partes.