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- Escrito por: Mará Regla Figueroa Evans / Fotos de la autora
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Recorrido por la historia del Coro de la Televisión Cubana, bajo la batuta de Liagne Reyna Pérez. Trabajo actual y proyecciones a corto plazo.
El Coro de la Televisión Cubana es una institución integrada por voces que no envejecen. De elevado prestigio, ha acompañado a ese medio de comunicación masiva desde los primeros años de su fundación en la década de los cincuenta del pasado siglo
Su actual directora, Liagne Reyna Pérez, ha sabido mantener el legado y calidad impregnada a la cofradía vocal por sus primeros líderes, Cuca Rivero, Paquito Godino y con posterioridad Octavio Marín, quien lo dirigió hasta el año 2006, fecha en que Liagne cogió la batuta.
Según comenta la actual directora, hoy el Coro del ICRT cuenta con una nómina de 21 jóvenes y menos jóvenes graduados de las escuelas de arte del país, fragmentados en seis sopranos, igual número de contraltos, cinco tenores y cuatro bajos.
La mayoría de las ocasiones Deborat Méndez se desempeña como solista y en el caso de los tenores y bajos, asumen igual responsabilidad por ese orden Boris Luis Acosta y Leo Amado.
«Interpretamos música, barroca, renacentista y de otros periodos. Si bien ofrecemos a la música cubana un papel predominante, Ejecutamos con igual virtuosismo lo mismo un bolero, un chachachá, que el Guararey de Pastorita.
«Somos una institución heterogénea, aunque con el tema de mujeres y hombres está un poco desbalanceado pues resulta bastante difícil encontrar voces masculinas adecuadas para el desempeño.
«Participamos en todos los eventos a los cuales se nos convoca y nos caracterizamos por hacer montajes con agilidad y premura pues la televisión es inmediatez y estar preparados para hacer cambios imprevistos, propios del medio», explicó Liagne Reyna Pérez, directora de la agrupación coral.
Liagne Reyna Pérez, directora del Coro de la TVC (Foto: de la autora)
«En los meses de julio y agosto pasados hicimos una temporada de emisiones en vivo, transmitido los sábados en la noche por Cubavisión. El programa se preparó en una semana, todo un reto, y al unísono, muestra de lo que somos capaces de hacer», adicionó la vocalista.
El Coro de la Televisión Cubana tiene dos versiones, trabaja con la orquesta del ICRT, dirigida por el Maestro Miguel Patterson, como agrupación vocal y acompaña a cantantes tanto liricos como populares.
Sin embargo, su labor no se circunscribe a la pequeña pantalla, se presenta en teatros con diferentes directores artísticos. Recientemente, intervinieron en la obra El hijo pródigo, con dirección de Helson Hernnádez y ha hecho alianzas con Alfonso Menéndez, en Las Leandras, con puesta en el teatro Martí de la capital.
«Otro de los mayores retos del Coro es haber participado durante 20 años ininterrumpidamente en el Festival del Habano, uno de los eventos más importantes en el país.
«Allí acompañamos a figuras de relevancia nacional y foránea; hablo de Tom Jones, Armando Manzanero, Andy Montañez entre otros, y de Cuba, Omara Portuondo, Haila María Mompié, Isaac Delgado… todas primeras figuras.
«El Festival ha sido además una maravillosa oportunidad para darnos a conocer en el ámbito internacional, a través de esas personalidades que asisten a la cita del mejor puro del mundo», afirmó la también profesora.
La presencia del Coro está igualmente en el Festival Internacional Boleros de Oro, en el Eduardo Saborit, y por mucho tiempo estuvo en el desaparecido Concurso Adofo Guzmán.
Sus integrantes son artistas incansables, que por estos días se preparan para festejar el 16 de noviembre el aniversario 504 de la fundación de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana, en un espectáculo que tendrá lugar en la Plaza de Armas del Centro Histórico de la Ciudad.
Otro de los preparativos del Coro tiene como objetivo realizar en diciembre el programa de fin de año y en enero de 2024 recibir a un director de orquesta italiano que trabajará junto al Maestro Miguel Patterson y con la nómina vocal. Para la ocasión se prevé un espectáculo en el Teatro Nacional.
El Coro del ICRT bajo el liderazgo de Liagne Reyna Pérez, ha devenido en una famila: «Hay magnifica sinergia de los jóvenes con los experimentados que aún permanecen en la agrupación y viceversa.
«Nos preocupamos por los temas profesionales y de índole personal de cada uno. Convivimos en un ambiente sano, en el que los noveles aprenden de los veteranos y estos se impregnan de su alegría y frescura», dijo la también tecladista, y agregó:
«Al Coro le gusta poner la varilla alta, a pesar de las limitaciones económicas que atentan contra el buen funcionamiento del grupo, no obstante, la perseverancia y el deseo de perpetuar el legado de quienes nos antecedieron en el tiempo, nos ha permitido ganar en prestigio, conocimiento, y novedad, deviniendo así en: “Voces que no envejecen”»
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- Escrito por: Maya Quiroga
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Los nuevos escenarios demandan una transformación integral y profunda desde el punto de vista tecnológico, conceptual, creativo, visual, estilístico y estético
El 24 de octubre de 1950 nació oficialmente la Televisión Cubana (TVC). Los precursores de este medio masivo de comunicación escribían una página gloriosa de la cultura nacional porque, como bien se sabe hoy, Cuba fue el tercer país de América Latina –junto a México y Brasil– en contar con ese maravilloso invento.
Aunque el equipamiento tecnológico que se empleaba en sus inicios era de procedencia norteamericana podemos decir, con orgullo, que el capital humano era cubano y que en nuestra pequeña ínsula se inventó la maquinaria de significación que es la telenovela.
En aquella televisión primigenia predominaban los espacios “en vivo” y las transmisiones de partidos de béisbol desde el habanero Stadium del Cerro. La programación comprendía también algunos espectáculos artísticos y un número reducido de musicales y humorísticos en los que se intercalaban cuñas promocionales, a tono con el carácter comercial del medio.
Con el Triunfo de la Revolución en enero de 1959, la TVC adquiere un carácter público, cultural y educativo. Perduran en la memoria colectiva espacios que han contribuido a la formación del gusto estético de las audiencias tales como: 24 x Segundo, De nuestra América, Historia del Cine y La Séptima Puerta, entre otros.
Desde el punto de vista tecnológico, la TVC transitó desde la realización en vivo –que se alternaba con la grabación en cintas cinematográficas (16 mm) –, hasta el uso de tecnologías procedentes del campo socialista. A finales de los años 70 comenzaron las grabaciones en distintos formatos de video tape. Luego se inició el paso de las transmisiones analógicas hasta la televisión totalmente digital, un proceso que todavía no ha concluido en Cuba.
Actualmente, con la convergencia mediática y la transmisión de mayores flujos de datos a través de la llamada Red de redes los usuarios tienen la posibilidad de decidir qué ver, cuándo y cómo hacerlo.
Por otra parte, con la pandemia de la Covid -19, vieron la luz múltiples plataformas digitales para la exhibición de audiovisuales y entraron en ebullición los campos de la animación, los videojuegos o los efectos visuales, lo cual ha planteado nuevos retos a la televisión tradicional.
En ese panorama resulta vital la capacitación de niños y adolescentes en el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para la realización audiovisual infantil. Han florecido experiencias como los proyectos Rodando Fantasías, de Villa Clara; Picacho, en la comunidad Serrana de Victorino, municipio Guisa (Granma) y Cámara Chica, en el consejo popular La Conchita en Pinar del Río, que cuenta con el patrocinio del British Council y el Consejo Nacional de Casas de Cultura.
Otros proyectos comunitarios con una labor destacada al respecto son Arenas, de Cárdenas (Matanzas); Cámara Kikirito, de Güira de Melena, en Artemisa; Ananá, de Ciego de Ávila; Pupilas en acción, de Guantánamo; Voces del audiovisual de Gibara, en Holguín; Aventuras Baobabs, de San José de Las Lajas, Mayabeque y Tu Taller, un Proyecto de Desarrollo Local del municipio Plaza de la Revolución, en La Habana.
Sin renunciar a su objeto social de informar y entretener, las actuales circunstancias demandan de los teleastas cubanos un cambio de lenguaje que se apropie de elementos del séptimo arte, el teatro y otras manifestaciones artísticas y hasta literarias y tenga en cuenta las lógicas de sitios de redes sociales como Youtube, Instagram o TikTok. Será esta una de las vías para recuperar a un segmento de la población nacional que afirma que en su casa ya no se prende el televisor.