Temas
- Detalles
- Escrito por: Págins 12
- Categoría: Temas
- Visto: 942
Los medios de comunicación públicos están en el ojo del actual gobierno de Javier Milei, tal vez como pocas otras empresas del Estado. La novedad de este viernes es que a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial el Poder Ejecutivo transfiere los medios que conforman el sistema estatal a la Jefatura de gabinete, a cargo de Nicolás Posse. La decisión puede leerse como mucho más que una formalidad y reordenamiento de la estructura de gobierno, ya que faculta a esa cartera a “impartir lineamientos” para poder “intervenir en la administración y el funcionamiento” de la totalidad de los medios que actualmente están bajo la órbita estatal. La decisión se publica en medio del debate en la Cámara de Diputados por la “Ley ómnibus” enviada por el gobierno, que incluye que las empresas de medios estatales sean plausibles de ser privatizadas.
Si bien no se trata de una “intervención política” de los medios públicos, ya que -por ahora- los directorios de cada empresa estatal siguen en funciones, el traspaso de todo el sistema comunicacional con participación estatal a la Jefatura de Gabinete pareciera ser el paso previo para su remate. A la espera de lo que suceda en el Congreso, el Ejecutivo crea las condiciones para facilitar la privatización de los medios, quitándolos de la órbita de la Secretaría de Comunicación y Prensa -a cargo de un debilitado Eduardo Serenellini- para que Posee sea el funcionario que aplique las política anunciada una y otra vez por el gobierno nacional. El desfinanciamiento y la falta de una planificación artística de los medios fueron las primeras señales de la ola privatizadora que Milei ya puso en marcha y que espera sumar el aval del Congreso.
El decreto 111/2024 es taxativo en las facultades que le otorga a Posee. El artículo 12 le da el poder de “intervenir, de conformidad con las pautas y lineamientos impartidos por el Jefe de Gabinete de Ministros, en la administración y funcionamiento de RADIO Y TELEVISIÓN ARGENTINA S.E., integrada por LS82 Canal 7, LRA Radio Nacional y Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE)”. Mismo poder le concede en el artículo 13 para “TÉLAM S.E. y de CONTENIDOS PÚBLICOS S.E., así como en la operación, desarrollo y explotación del contenido y funcionamiento del Polo de Producción Audiovisual y de las señales integrantes de dicha sociedad”. Hay que tener en cuenta que Contenidos Públicos SE es la sociedad estatal que se encarga de la producción y distribución de los canales Encuentro, Pakapaka, DeporTV y del portal Contar.
Además, en el mismo decreto se le traslada a la Jefatura de gabinete la responsabilidad de “entender en la participación del ESTADO NACIONAL en TELESUR, de conformidad con las pautas y lineamientos impartidos por el Jefe de Gabinete de Ministros” (artículo 14), así como “en la administración, operación y desarrollo del Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA), sus señales, medios relacionales y conexos” (art. 16). Por último en lo que refiere a medios y comunicación estatales, el artículo 15 le otorga a Posee ele ejercicio de “la presidencia del CONSEJO ASESOR DEL SISTEMA ARGENTINO DE TELEVISIÓN DIGITAL TERRESTRE, pudiendo delegar dicha función en un funcionario de la Secretaría con rango no inferior a Subsecretario”.
La fortaleza de Posse dentro del gabinete y en el área comunicacional no se limita al traspaso de los medios estatales, con amplias facultades para intervenir. El decreto 110/2024, también publicado en el día de la fecha en el Boletín Oficial, le atribuye al Jefe de gabinete diferentes competencias referidas a la comunicación de gobierno. En el artículo 3, le confiere la responsabilidad de “administrar y controlar los medios de difusión que se encuentran bajo la responsabilidad del PODER EJECUTIVO NACIONAL y aquellas empresas del sector en las que la jurisdicción sea accionista”, “entender en el lineamiento de las políticas referentes a Medios Públicos Nacionales y su instrumentación” e “intervenir en la definición de la estrategia de comunicación y de contenidos realizada por canales y plataformas de comunicación directa del Estado Nacional con los ciudadanos”.
Claro que Posse no es el único que se fortalece dentro del gobierno. El mismo decreto le otorga mayor poder a la Secretaría General de la presidencia, a cargo de Karina Milei, a quien le traspasa facultades vinculadas a la comunicación oficial que hasta ahora estaban bajo la órbita de Serenellini. La subsecretaria de Vocería (a cargo de Manuel Adorni) y de Comunicación de Gobierno (Javier Lanari) pasan a depender de la hermana del presidente. La secretaria general concentra con este decreto todos los aspectos y medios relacionados a la comunicación presidencial, que van desde el manejo de redes sociales hasta lo relativo a las transmisiones de mensajes presidenciales, incluyendo las tareas de producción, edición y fotografía.
Un aspecto que llamó la atención es que pese al anuncio de suspender la publicidad oficial, el decreto faculta a Karina Milei a que se encargue de su estrategia y aplicación. “Entender en la planificación, contratación y ejecución de la publicidad oficial de gestión centralizada y en la coordinación y ejecución de la publicidad oficial de gestión descentralizada”, señala el texto. En otros apartados le atribuye a la Secretaría general “dirigir la planificación, coordinación y ejecución de la publicidad oficial de gestión centralizada, y coordinar y ejecutar la publicidad oficial de gestión descentralizada”, además de “entender en la formulación, ejecución y control de las políticas de comunicación social y de medios de comunicación social, en particular a la difusión de opciones educativas”.
(Tomado de Página 12)
- Detalles
- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
- Categoría: Temas
- Visto: 1002
Sin duda alguna, la infancia es una de las etapas definitorias en la formación y el desarrollo de los seres humanos; aquella donde se forja el carácter, se descubren vocaciones y se aprende a ser un elemento vivo y funcional dentro de la sociedad en la que habitamos.
No es fortuito entonces, ver a los contenidos audiovisuales como herramientas formativas que, conjunto a la escuela y al hogar, condicionan positiva o negativamente las conductas de nuestras niñas y niños. En un mundo cada vez más conectado, donde los videos juegos, las redes sociales y otros productos tecnológicos, son, muchas veces, promotores de violencia, bullyng y baja autoestima en los más pequeños, se hace necesario repensar esos contenidos y la audiencia que los consume.
Por mucho tiempo la televisión cubana ha realizado una encomiable labor en el diseño y puesta en pantalla de programas infantiles que resalten los valores esenciales que hagan de nuestros niños personas buenas y sensibles. Pese a los cortos presupuestos con los que se producen los programas destinados a los más pequeños, la imaginería y creatividad de guionistas y realizadores han logrado la conexión con esta audiencia tan especial.
Pero los tiempos son otros; la infancia de hoy no es la misma de hace 15 0 20 años atrás. Ahora la televisión no es la única vía donde los padres mantienen entretenidos a sus hijos, y en esa “multimedialidad” de la vida contemporánea, yacen algunos peligros relacionados con el contenido y la forma de aquellos materiales vistos por los más pequeños.
No todo dibujo animado o serie de corte infanto-juvenil está diseñado para todas las edades. Cada etapa de la infancia tiene sus particularidades, y es importante reconocerlas para un mejor diseño de nuestros programas televisivos, que desplacen un tanto, aquellos otros productos a los que tienen acceso mediante el paquete y las redes.
Si tiempo atrás, el uso de las marionetas y otros elementos titiriteros, atraía con inmediatez a los pequeños, ahora ese recurso debe ser minuciosamente analizado: pensar en los diseños, la paleta de colores, la movilidad del muñeco y la ejecución del artista que le da vida. El niño de hoy le huye a lo esperpéntico, a lo mal hecho, a lo que le suene falso. Sin embargo, sabe reconocer cuando hay arte, fantasía y brillo, en lo que se le propone desde el atrezo y la escenografía.
La inclusión es también un asunto pendiente dentro de los contenidos audiovisuales para los niños. Mientras más rica sea la representación de las realidades en la que conviven, más identificados, representados y validados han de sentirse. Temas como la infancia en ambientes rurales, las discapacidades, las identidades, urgen ser tratados con responsabilidad y compromiso artístico.
Sigue faltándole a la televisión una buena revista infantil, que desde una dramaturgia cavilada complazca diversas necesidades lúdicas y de conocimiento. También falta un programa de competencia, otro de opinión, y sobre todo, carecemos de esa estética audiovisual más conectada con el mundo en que habitamos.
Una serie infantil cubana de ciencia ficción o fantasía podría ser un interesante intento de rescatar nuestros propios mitos, tradiciones y literatura en estos géneros. Tenemos tanto que contar, tanto que aportar audiovisualmente desde nuestra identidad insular, que seguir postergándolo por las faltas de presupuesto, es simplemente ceder terreno y favorecer a contenidos internacionales no siempre edificantes ni en consonancia con nuestros sistemas de valores.
Repensar la infancia desde la televisión implica garantizar una educación integral, de calidad para los niños, promoviendo valores y estimulando el pensamiento crítico. Solo así podemos contribuir al desarrollo pleno y feliz de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.