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- Escrito por: Ana Torres /Fotos: Tomadas de Facebook
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Además de festejar sus 30 años, el colectivo de Televisión Serrana celebró que una de sus más recientes producciones recibiera premios en la edición 44 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
La casa del audiovisual comunitario en Cuba, nacida en la Sierra Maestra, y que recoge las historias de la vida y las costumbres campesinas del oriente del país, despidió el 2023, “un año de aniversario cerrado, con muchísimos reconocimientos desde Cuba y otras latitudes”.
En un post publicado en Facebook, a fines de diciembre, el colectivo de TV Serrana aseguró que tenía “muchas alegrías que agradecer y compartir”. No obstante, recordó cómo se le “arrancó un trozo de vida con el fallecimiento de Daniel Diez, su fundador, el 3 de diciembre de 2023.
El mensaje de despedida de catalogó el pasado como “un año intenso, importante” y deseó “un 2024 fructífero para Televisión Serrana toda, los que ofrecieron sus historias para convertirlas en documentales, para las comunidades que son parte indisoluble y para nuestros seguidores, que cada día crece esta gran familia”.
Reconocimientos merecidos
En el contexto de la 44 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la Escuela Internacional de Cine y Televisión le entregó a TV Serrana el premio Fernando Birri.
Durante la entrega de galardones del evento, el documental “Al final del camino”, de la realizadora Ariagna Fajardo Nuviola, de la Televisión Serrana, se alzó con dos premios colaterales. La obra fue laureada por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y recibió el premio Senobio Faget, otorgado por Cubavisión Internacional.
“Estamos felices de que este documental se haya difundido para que se conozca cómo va la vida en las montañas de la Sierra Maestra”, manifestó la Fajardo a la Agencia Cubana de Noticias.
Además, explicó que la obra es el resultado de la mirada sobre una realidad común, que también ella vive y con la cual le sería imposible distanciarse.
De igual modo, consideró que la Televisión Serrana, “más que una televisora comunitaria, ha sido en estos 30 años una familia con conceptos y modos de hacer que van en línea con los principios de su fundador, Daniel Diez Castrillo, fallecido recientemente.
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- Escrito por: Thalía Fuentes Puebla
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Más que una intersección entre dos calles en el Vedado capitalino, “23 y M” es parte de la idiosincrasia de la mayor de las Antillas. Todos conocen esta propuesta televisiva y la buscan para estar en la línea con la música cubana.
El programa televisivo y su carismática conductora, Edith Massola, se adentran todos los sábados, a partir de las siete de la noche, en los hogares cubanos. Los espectadores abren sus brazos a lo mejor de las sonoridades caribeñas. En este diciembre, el espacio cumplió 25 años.
Este programa informativo-musical busca promover la diversidad de agrupaciones e intérpretes musicales cubanos, así como los principales acontecimientos culturales dentro y fuera del país. Desde sus inicios ha logrado atraer a los artistas más destacados de la farándula cubana, quienes han abierto su corazón y compartido sus experiencias con los televidentes.
Este programa se convirtió en el sustituto de “Contacto”, un espacio de variedades que tuvo su época dorada en los años 80. Desde 1998, la inconfundible Edith Massola ha llevado las riendas de “23 y M, adaptándose y dejando su propio sello en cada emisión, gracias a su habilidad, versatilidad y carisma. Massola, con su formación y experiencia como actriz de teatro musical, no solo ha podido entrevistar a los invitados, sino también compartir momentos musicales en el escenario.
La combinación de música en vivo e intercambio con artistas de diferentes manifestaciones ha convertido a “La Esquina de la Fama” en el emblema de las revistas de variedades en la mayor de las Antillas.
Concebido originalmente por Julio César Leal, el programa irrumpió en la televisión cubana para continuar entreteniendo a los televidentes después de la exitosa etapa de “Contacto”. Leal logró que el espacio tuviera un estilo fresco y atractivo a finales de los años 90, justo cuando se aproximaba el nuevo milenio y se necesitaba una nueva manera de concebir los audiovisuales.
“23 y M” se caracteriza por su enfoque en la música y las entrevistas a grandes figuras de la música cubana. En una entrevista, Edith reveló que no le preocupan las críticas sobre su estilo de conducción, ya que ella es auténtica y se siente fiel a su espacio. Reconoce que a veces puede exagerar, pero su objetivo es crear un ambiente cómodo y ameno para los invitados.
Edith también destacó que dedica mucho tiempo y esfuerzo al programa, ya que necesita aprender constantemente. Aparte de las entrevistas a músicos, “23 y M” ha contado con la presencia de otras figuras destacadas como el tricampeón olímpico Mijaín López, quien se atrevió a bailar unos “pasillos” junto a Edith y la compañía Free Dance.
La frase “¡Dónde si no!” se convirtió en el eslogan del programa, destacando la exclusividad de las propuestas artísticas que se presentan en cada emisión. A lo largo de los años, 23 y M ha logrado mantener su esencia y seguir siendo un referente en la televisión cubana.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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En la tarde de ayer, 21 de diciembre, fueron entregados, como es costumbre en esta época del año, las becas y premios anuales otorgadas por la Asociación Hermanos Saiz (AHS) a nuestros jóvenes escritores y artistas. Uno de los premios más relevantes dentro del apartado de las artes escénicas, es el que premia el talento y rigor artístico de nuestros actores noveles: el premio de actuación Adolfo LLauradó.
Como todos los años, el premio tuvo en cuenta las participaciones de actores y actrices jóvenes con un desempeño notable en televisión. Esta vez los premios y menciones en televisión fueron menores que años atrás, sintiéndose en falta la presencia de actores masculinos que han venido mostrando excelentes trabajos en la pantalla chica en lo que va de año.
El jurado encargado de evaluar la participación en televisión de nuestros más noveles histriones, estuvo conformado por nombres imprescindibles de la escena teatral y audiovisual cubana: la crítica e investigadora Vivian Martínez Tabares, los dramaturgos Roberto Viñas y Yerandy Fleites, la realizadora audiovisual Lourdes de los Santos, el actor y director Yanier Palmero y la investigadora teatral y docente, Yamina Gisbert.
El diverso y especializado jurado consideró este año, en el caso concreto de la televisión, validar solamente el trabajo de dos intérpretes femeninas, otorgando una mención y un premio.
La mención de actuación femenina en televisión fue para Jennifer Pupo, por su personaje de Natalia en la segunda temporada de Calendario. Pupo, con este rol, supo desprenderse de preconcepctos y estereotipos para hacer más cercana y tridimensional a esta adolescente lesbiana, segura de sexualidad y lo suficientemente valiente para entregarse a su primer amor. La actriz, hizo una propuesta de caracterización muy interesante, en la que las diferentes capas emocionales del rol van develándose según progresa la obra.
Por su parte, el premio de este año recayó en la siempre impecable Ingrid Lobaina, debido a su reciente participación en la telenovela El derecho de soñar. Damaris, el personaje interpretado por la Lobaina, marca un punto de inflexión notable en su carrera como actriz; remarca su madurez interpretativa y la coloca como una de las intérpretes de su generación mejor preparada para cualquier tipo de reto actoral.
En el caso de los actores, el jurado decidió este año dejar el premio desierto; decisión esta que podría ser cuestionable, si tomamos en cuenta la mar de jóvenes actores que tuvieron desempeños más que meritorios este último año en televisión. Dos telenovelas trasmitidas y dos teleseries, contaron con la presencia de histriones que vienen pisando fuerte hace algún tiempo, y a los que se hace preciso estimular y reconocer.
Tal vez, la marcada procedencia teatral de la mayoría del jurado, hizo que la atención del mismo estuviera volcada en las propuestas escénicas, y se pasara epidérmicamente por los numerosos trabajos en televisión de nuestros actores noveles.
Desafortunadamente, Cuba cuenta con muy pocos certámenes para premiar el trabajo de los actores, fundamentalmente en televisión. Dos o tres premios anuales, son insuficientes para agasajar el talento de todo un país. Por lo tanto, se debe ser más exhaustivo a la hora de analizar, decidir u obviar la participación de un artista en plena formación.
Los premios Llauradó han sido desde su creación un impulso a jóvenes carreras, que han terminado brillando con luz propia. El compromiso de las instituciones culturales con sus artistas debe enfocarse en la validación de sus desempeños, lo cual redunde en el florecimiento absoluto de un arte auténtico y comprometido. Esperemos que el próximo Llauradó sea más generoso para la televisión y sus jóvenes actores.
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- Escrito por: Por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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Aunque el género telenovela, tanto en Cuba como el resto del mundo, es un ejercicio de creación colectivo que implica muchas especialidades, hay un proceso específico más íntimo y determinante, que funciona como columna vertebral de cualquier obra audiovisual: la escritura de los guiones.
Son los guionistas los que definen el espíritu de una obra, los que delinean la naturaleza de sus personajes y los conflictos. Por eso el trabajo con los guiones en las actuales telenovelas producidas en Cuba suele ser mucho más profundo y estudiado, para que el resultado en pantalla esté sustentado por una “partitura” dramática sólida, que le brinde a los actores caminos y no lagunas.
En este rubro, se destaca sin duda alguna, un creador responsable de grandes éxitos televisivos en los últimos diez años. Son muy pocas las obras concebidas por Amílcar Salatti que no han calado en el público cubano; ese mismo público que lo ha nombrado “el Rey Midas de las telenovelas cubanas”. Y no hay exageración en tal título: Salatti suele transformar en oro puro cualquier temática, cualquier zona narrativa.
En vista de la proximidad de “Viceversa”, la nueva telenovela dirigida por Loysis Inclán, y escrita a seis manos por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa, una entrevista con el primero de los escritores se hacía necesaria para comprender los senderos argumentales de esta obra con sugestivo nombre y atractivo equipo de guionistas.
De manera jovial y franca, Salatti accedió a responder un cuestionario limitado, sin afán de obtener “spoilers” e interesado en saber cómo ve un guionista los entresijos o bondades de sus procesos creativos:
¿Cuáles fueron las motivaciones para darle vida a Viceversa?
“Creo que lo principal, al menos en mi caso, fue las perennes ganas de escribir, de contar historias. También los deseos de hacerlo con dos amigos que fungieron de coescritores, Yoel Infante y María Claudia Figueroa. No hubo algo puntual que nos llevara a hacerlo, más allá de esos deseos”.
¿Cómo fue el trabajo de escritura a seis manos?
“Cuando trabajas con personas que son amigos y con los que además coincides estética y éticamente, pues el trabajo se hace muy disfrutable. Para María Claudia era su primera vez como guionista y Yoel y yo hicimos un poco de "profes" por nuestra experiencia, pero al mismo tiempo ella nos aportaba su frescura, sus desprejuicios y eso vale mucho cuando uno lleva años escribiendo. Cuando hay que llenar unas 4000 páginas, para una novela de 80 capitulos, es imprescindible que la coescritura sea un disfrute y no lo contrario. Es un trabajo arduo y no podemos sufrirlo”.
¿Qué novedades encontraremos en la estructura de la obra? ¿Cuanta fidelidad o negación del género hay en Viceversa?
“No creo que vayamos a reinventar el género estructuralmente, ni aportarle algo súper original. Tal vez que el núcleo de protagonistas sea más una triada que alguien absoluto, puede ser lo "diferente", y seguro estoy que ya se ha hecho. Es un género al que se le han dado mil y una vueltas y no vamos a ir de pretensiosos creyendo que hemos hecho algo nuevo. Es una novela complicada pues son muchos personajes, varias subtramas y equilibrar eso siempre cuesta y ahí siempre está el reto. Me gustaría pensar que hay más fidelidad que negación al género, han pasado años desde que pusimos punto final, pero lo que recuerdo es que intentamos ir por los caminos de una novela típica, tratando de no caer en estereotipos, o caminos demasiado trillados. Lo novedoso está en los personajes que creamos para contar la historia, dónde intentamos que fueran personajes no muy "quemados" en novelas cubanas recientes”.
La edad de los protagonistas nos habla de una historia de jóvenes ¿Qué tipo de juventud cubana ha sido captada desde la escritura?
“Viceversa no es una novela que aborde la realidad cubana inmediata. Por un lado, fue terminada de escribir hace ya algún tiempo, ante de la crisis migratoria y económica en la que estamos, y por otro, no pretendíamos hacer una "novela social" (como lo fue Entrega, por ejemplo). El objetivo siempre fue que el público se la pasara bien viéndola. Toda esta explicación es para decirte que tal vez los protagonistas pueden reflejar a parte de nuestra juventud, pero no es nuestra juventud más inmediata, con sueño de emigración, con muchachos que estudian y trabajan, lidiando con dificultades salariales y/o de vivienda... Me atrevería a decirte que son jóvenes de hace unos 5-6 años atrás, los de antes de la pandemia. Digamos que Viceversa está ubicada en un contexto que evita las problemáticas sociales más agudas de nuestro país y por ende esos personajes se enfrentan a conflictos más personales, pero así lo quisimos”.
Conceptualmente el título nos transporta a muchas posibles interpretaciones, ¿podría ser el enfrentamiento generacional una de ellas?
“Sí. El título un poco fue intuitivo por lo que habíamos escrito cuando armamos el argumento. Esa sensación de que tu vida puede invertirse por completo, debido el azar o a decisiones y de pronto apareces justo en el lado contrario de lo que imaginaste sería”.
¿Cuán difícil es actualmente para un equipo de guionistas confeccionar 80 capítulos de 45 minutos y no caer en "barrigas" narrativas o agotamiento en las tramas?
“Siempre es muy complicado. Mantener un ritmo constante durante 80 capítulos es difícil y más en la época de las series, donde los sucesos abarcan 6-12 capítulos y es raro ver una serie "lenta”, a no ser que esa sea su intención. Las subtramas ayudan a eso; el tono de algunas, cercanas a la comedia, tal vez suavicen esos momentos de meseta en los que parece que la historia no avanza. La intención es que eso no suceda y se trabaja para ello. Ojalá lo hayamos logrado”.
Decir Amílcar Salatti y Yoel Infante es decir éxito de público garantizado. ¿Temen a las altas expectativas que siempre dejan sus obras más recientes en el público?
“Muchísimo. En este medio uno es lo último que hace, y así te juzga el público. Los logros pasados son un arma de doble filo que muchas veces juegan en tu contra. El alcance y el éxito de las obras tienen mucho que ver con el contexto, el objetivo con que fueron escritas, las referencias más inmediatas que tengan los televidentes. Viceversa es para que la gente se pase un rato entretenido, sin dejar de hablar de cosas que humanamente nos preocupan”.
¿En qué nuevos proyectos anda inmerso?
“Para la TV estoy preparando una serie con Roly Peña, pero es a largo plazo, y un telefilme con la Redacción de Infantiles para que sea dirigido por Charlie Medina. Los demás trabajos son para cine y de manera independiente. Desgraciadamente nuestra TV está en una crisis tal que apenas puede asumir proyectos nuevos. Por estrenarse está Calendario en su tercera temporada. Y en algún momento del año que viene la segunda de Al Habla con los Muertos”.
¿Qué espera Salatti del camino en televisión nacional de esta nueva obra?
“No me gusta crear expectativas con las obras que están por salir. Hicimos nuestro trabajo lo mejor que sabíamos hacerlo en el momento que la escribimos. Uno siempre espera que el público se la pase bien. Si Viceversa logra ir un poco más allá o no, lo dirá el tiempo y los televidentes”.
Y por fortuna, el tiempo de Viceversa casi comienza, lo que nos colocará frente a historias que podrían muy bien ser las nuestras, en donde andar en el lado inverso de la vida que soñamos, condicionará el relato y el alcance del mismo en el público. Aunque Salatti sea cauto con las expectativas de la audiencia, todo arroja a que un nuevo éxito de público se acerca a las pantallas de Cubavisión.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez.
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Uno de los elementos que hacen exitosa a una telenovela, sea cual sea su nacionalidad, es el desempeño de sus histriones: aquellos que le dan vida a los textos y las acciones creadas por los guionistas, y que sólo pueden aflorar en la piel de seres intelectivos y preparados. Pero un actor, en los tiempos que corren, no se prepara solo; necesita de una guía, una segunda mirada a su trabajo; quien complete su concepción del personaje para llevarlo con éxito a la escena.
En este punto, aparece en la ecuación creativa, un componente que paulatinamente ha agarrado fuerza en los dramatizados cubanos: la dirección de actores. Si bien el director general de una obra debe tener conocimientos básicos del trabajo del actor, se hace imprescindible en tiempos de prisas, contar con un especialista formado en estas lides, que pueda acompañar a los intérpretes en todo el camino, antes, durante y después de diseñar su rol.
El coach actoral o director de actores está para eso: para brindar luces y referentes al actor, siempre en concordancia con los propósitos globales de la obra en cuestión. En Viceversa, la nueva obra creada para el espacio de la telenovela, se tuvo a bien contar con la presencia de este rubro técnico-artístico. Loisys Inclán, directora general del proyecto, movida por la experiencia anterior en Tan lejos y tan cerca, convocó a esta nueva a aventura a Eduardo Eimil, experimentado hombre de teatro, director de la compañía Aire Frío, guionista, profesor e incansable investigador de los resortes que mueven escénicamente al actor.
En vista de las novedades que Viceversa trae a nivel actoral, decidimos conversar con Eduardo Eimil para que nos comentara sobre su trabajo en dicha telenovela, como evolucionó su participación de mero director de actores a codirector, y cuán complejo fue brindar caminos semejantes a actores de generaciones y formaciones diferentes. Con la espontaneidad y franqueza que lo caracteriza, el curtido director teatral fue respondiendo a preguntas elementales, que en sus palabras tomaron mayores dimensiones:
¿Cómo y de manos de quién llega la invitación de hacer la dirección de actores de Viceversa?
“La invitación de dirigir a los actores en esta telenovela, viene de la mano de Loisys Inclán, la directora general del proyecto. Fue quien me propuso acompañar todo el proceso de casting y el trabajo particularizado con los actores. Luego eso llevó a que en un momento de la filmación de la telenovela también tuviera que asumir la dirección de la unidad mini-técnica”.
¿La experiencia anterior en Tan lejos y tan cerca le sirvió para asumir este nuevo proyecto?
“Sí, la experiencia previa ayudó, pues ya yo tenía una idea de cómo era la dinámica de trabajo con la directora. Me introdujo de manera muy natural en su modo de dirigir; había visto que trabajaba mucho la puesta en escena, el movimiento, el trabajo con la cámara, etc. Nos habíamos conectado en ese primer acercamiento, pues descubrimos tener intereses comunes, al igual que con Luberta”.
En un momento del proceso tuvo que asumir la dirección de la unidad mini-técnica. Coméntenos sobre esa experiencia.
“En un momento determinado, muy cercano al comienzo de la novela, no había pasado un mes aun, se me plantea esta posibilidad de dirigir la mini-técnica, que es un tipo de unidad que se emplea en el sistema de producción de audiovisuales de ficción en la televisión cubana, según la cual una unidad más pequeña, con menos trabajadores técnicos, asumen la grabación en exteriores como calles, parques, playas, paseos, una piscina; todas las escenas con carácter complementario. Las escenas de la mini-técnica eran mucho menos, un volumen menor de trabajo a realizar y muy variado. Fue un trabajo muy disfrutable, pese a las dificultades de producción y las disímiles carencias. Pero la experiencia creativa de dirigir casi todos los días una cantidad considerable de escenas, con un número importante de actores, fue un ejercicio arduo pero muy satisfactorio y de mucho aprendizaje”.
¿Qué elementos de la técnica actoral tuvo en cuenta en el acompañamiento de los intérpretes?
“Desde hace muchos años estoy en un proceso de investigación de cuáles son los elementos específicos del trabajo del actor en el audiovisual para la cámara. Tengo varios talleres que desde el año 2007 estoy realizando en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños donde soy profesor. También soy profesor de la FAMCA donde en algún momento he dado como asignatura electiva dirección de actores. A la par de esto soy director de teatro, tengo una agrupación teatral, Aire Frío, y ahí también he podido poner en práctica toda esta investigación; en primera instancia, es un trabajo de cuáles son las esencias, los resortes específicos del trabajo del actor en el audiovisual”.
“Yo trabajo partiendo de la neutralidad, un concepto que se maneja en el audiovisual y que tiene que ver con la necesidad que impone la cámara. Si entendemos que la cámara se acerca tanto y que la imagen de un primerísimo primer plano en la pantalla se ve de un modo tan claro y tan preciso, se agranda tanto el rostro tantas veces, ya sea en una pantalla de televisor o muchísimo más en una pantalla de cine, pues entonces desaparece la necesidad de expresar por parte del actor con el rostro; de manera que el actor en esta circunstancia parte de la neutralidad. Como la palabra lo indica, la expresión es neutra. Se parte, no significa que se quede ahí todo el tiempo, es sólo la punta del iceberg”.
“Se busca trabajar con la contención de las emociones. La contención de las emociones sería específicamente el trabajo de supresión o de manejo de los estados emotivos de modo que no salgan evidentemente al rostro o al cuerpo y que sin embargo estén ahí. Y que estén ahí dentro del actor. Esas emociones, esos estados emotivos a los que llegue el actor mediante un impulso provocado por la investigación, por la imaginación, por el trabajo previo con el director o sobre sí mismo, lo lleva a un estado en función de la representación”.
“Entonces se produce lo que realmente estamos buscando: un trabajo con las micro-expresiones. ¿Qué es esto? Bueno, las micro-expresiones son expresiones que afloran al rostro del actor de modo involuntario. No están controladas por el actor; y como es involuntario y no están controladas son completamente reales. ¿Cuándo surgen? Cuando hay una emoción real dentro del actor; el actor está sintiendo verdaderamente la escena, sintiendo verdaderamente lo que tiene que pasar el personaje”.
¿Qué Importancia le da al casting y la elección de nuevos rostros para esta producción?
“El casting es más de la mitad, a veces, del trabajo que tiene que hacer el director. Una vez que tú tienes a los actores exactos, precisos para tu personaje, puedes descansar. Si el actor que tú has elegido es muy cercano al personaje en físico, en pensamiento, en actitud, pues evidentemente ya tú tienes un trabajo ganado. Se hizo un proceso de casting largo, muy largo. Vimos muchas personas porque había muchos personajes con disímiles características y había que encontrar los más cercanos a los diferentes tipos”.
¿Cuáles son las posibles claves del éxito de Viceversa?
“Una de las posibles claves del éxito puede ser su frescura, su aire e impronta juvenil. Los temas que trata son a veces arriesgados, interesantes, tramas complejas, con puntos de giro bien trazados, sorprendentes. Habrá cosas que gusten más o cosas que gusten menos, pero a mí me parece que es un trabajo excelente de puesta en escena, por parte de Loisys Inclán, que le encanta el trabajo con el movimiento de la cámara. Los personajes son entrañables, muchos de ellos. Hay su tono simpático, hay sus historias de misterio, vamos a decirlo así; sus misterios que resolver a lo largo de la novela. Tiene personajes negativos, también sus héroes, sus damitas jóvenes y hermosas, sus galanes; todo adaptado a la manera de ver la vida en estos tiempos. Creo que es una telenovela que busca entretener y que busca apelar al espectador actual”.
¿Cuánto ha aportado a su trabajo en los medios estos dos acercamientos al género telenovela?
“Lo que más han aportado a mi trabajo en el género estas dos telenovelas que he hecho, casi una detrás de la otra, primero Tan lejos y tan cerca y ahora Viceversa, ha sido oficio; llegar en un día a una locación y armar instantáneamente una puesta en escena que funcione, que sea efectiva, atractiva y hacerlo rápido. La telenovela te pide eso como género: Inmediatez, conocimiento profundo de lo que vas a hacer, dominio total de tus personajes, de tu historia y claro, eso a mí en lo personal me retaba constantemente en escena”.
En su opinión, ¿se puede hacer arte en el género telenovela?
“Pero por supuesto que se puede hacer arte. Yo no creo, jamás he creído, que la telenovela sea un género que se pueda menospreciar, aunque muchas veces sucede por parte de artistas de otros medios. ¿Sabes una cosa que eleva mucho el estatus de las telenovelas?: el fenómeno que ha ocurrido con las series, salvando las distancias por supuesto; porque el presupuesto que tiene una serie y esos modos de producción que maneja, dan una posibilidad infinita a la creación, algo que el folletín criollo ha sabido captar en parte. Pero yo sí creo que desde la telenovela se puede innovar, se puede crear, se puede hacer arte. Pensar lo contrario es, en primer lugar, restarle valor al legado histórico de la telenovela en Cuba y en el mundo”.
¿Con qué palabra o frase definiría a Viceversa?
“Para mí esta telenovela es sobre todo una historia de jóvenes a los que les cambia la vida por un suceso “x” que ocurre. La definiría como algo refrescante, que más allá de que las tramas puedan ser terribles, algunas de ellas súper serias, súper graves, súper intensas, tiene otras también muy ligeras, y en conjunto es una obra que puede entretener, que puede atrapar y que puede gustar. Por eso yo definiría a Viceversa como una obra entretenida y fresca”.
Así culminaban las consideraciones de este hombre dedicado en cuerpo y alma al teatro, al audiovisual y al trabajo del actor; una ciencia dentro de las artes escénicas, no siempre vista como tal, pero que se hace imprescindible a la hora de entregar al espectador verdades representadas desde el arte. El camino de Viceversa comienza, y una gran parte del mismo estará marcado por el desempeño de sus intérpretes y la eficaz dirección de actores.