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João Emanuel Carneiro y su equipo de escritores reservaron las mejores balas para el final de Nuevo sol, la telenovela brasileña que se despide esta semana en el horario estelar de los martes, jueves y sábados de Cubavisión.
Ya habíamos comentado acerca de la dilación de la historia, la introducción de tramas irrelevantes, que no aportaban mucho al planteamiento general, con tal de mantener entretenido al auditorio. Es práctica habitual, pero a veces se riza el rizo.
Y aquí, para colmo, esos regodeos atentaron en buena medida contra la cohesión y la coherencia de la propuesta. De hecho, los autores no dudaron en violentar las concepciones iniciales de algunos personajes, con tal de adaptarlos a las necesidades emergentes de la narración.
Pero se ha rectificado en cierta medida el tiro, pues la intriga y la revelación final, los padres perdidos de Carola, son lo suficientemente atractivas como para sostener las últimas peripecias.
No obstante, el espectador ha debido perdonar no pocas incongruencias y soluciones más o menos drásticas o apresuradas de varios personajes y conflictos.
Y para gratificar a los que aman las regeneraciones morales, muchos de los villanos se han enmendado, y terminan en paz y armonía. Las plácidas escenas en la casa de Severo Athayde, que hasta hace poco era un inmisericorde campo de batalla, son quizás el mejor ejemplo.
Los capítulos finales todavía pueden reservar sorpresas, asociadas al destino de la inefable Laureta (qué extraordinaria fuerza expresiva la de Adriana Estevez).
Para las postrimerías, cuando no importan tanto las estadísticas de audiencia, los escritores suelen sentirse más a gusto… y eso repercute en la historia. Ojalá la edición internacional no mutile demasiado el desenlace, que también ha pasado.
En resumen, no hemos visto la mejor de las telenovelas de Carneiro, hubo aquí bastante lugar común y trampas no muy imaginativas. Pero la suficiencia de la puesta y la empatía con el elenco han salvado no pocos escollos.
El singular encanto del romance de época
Nathalia Dill y Thiago Lacerda, dos viejos conocidos del público cubano, protagonizan Orgullo y pasión (Globo, 2018), que sustituirá a Nuevo sol en las pantallas cubanas. Se trata de una historia de Marcos Bernstein inspirada en varias novelas de la célebre escritora inglesa Jane Austen (1775-1817). Se regresa a la tradición de la telenovela de época, con tramas más románticas, marcadas por un fino sentido del humor.
Aquí se narra la vida de Elisabeta, una mujer con sueños y ambiciones que trascienden su tiempo. Ella vive con cuatro hermanas, cada una con personalidad diferente. La protagonista tendrá un giro en su vida cuando conozca a Darcy, con quien tendrá una arrolladora relación…
Cambio de aires en el espacio de la telenovela brasileña. Estaremos al tanto.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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Luego de meses de inagotables peripecias con aires policiales y retorcidos personajes siempre al límite, la actual telenovela brasileña Nuevo Sol llegará a su fin en pocos días, para darle paso este 30 de abril, a una obra más reposada, ligera y luminosa, que se apropia con mucha inteligencia de las esencias literarias de una autora imprescindible del Romanticismo inglés: Jane Austen.
Con una tropicalización muy ingeniosa del universo austeniano, la singular obra concebida para el horario de las 6 en Brasil, lleva la firma autoral de Marcos Bernstein, y en la dirección general, figura el experimentado realizador Fred Mayrink (Chocolate con pimienta, Cabocla, Río del destino). Orgullo y pasión es el nombre de este romance “a la brasileña”, donde nuevamente se corrobora como un imaginario autoral puede traspasar las barreras del tiempo.
La obra de Jane Austen ha sido una fuente inagotable de inspiración para numerosas adaptaciones y reinterpretaciones. Su ironía, su destreza captando las complejidades de las relaciones humanas y su agudo sentido del humor, la convierten en una autora atemporal, cuyo legado sigue vivo en la cultura popular hasta el día de hoy.
En este sentido, Orgullo y pasión es un claro ejemplo de la influencia de la obra de Austen en la ficción contemporánea. La trama de la telenovela está ambientada en el Brasil de inicios del siglo XX, y se centra en las historias de amor y desamor de un grupo de personas pertenecientes a la aristocracia brasilera del ficticio Valle del café. Al igual que en las novelas de Austen, el folletín aborda temas como el matrimonio por conveniencia, los conflictos de clases y la lucha por el amor verdadero.
Uno de los elementos más destacados de Orgullo y pasión es su cuidada caracterización de los personajes, que recuerda a la meticulosidad con la que Austen dotaba de personalidad a sus protagonistas. Los diálogos ingeniosos y las situaciones cómicas son otros elementos que conectan a la telenovela de Bernstein con el universo austeniano, creando un ambiente de sofisticación y humor que seduce al espectador.
El melodrama televisivo se permite jugar con los arquetipos de los personajes de Austen, reinterpretándolos de forma original y dándoles giros inesperados. Así, podemos encontrar los personajes protagónicos como referencia directa a la altiva Elizabeth Bennet o al apuesto Mr. Darcy. Pero estos a su vez, tienen rasgos propios, únicos, muy conectados con la idiosincrasia del hombre y la mujer brasileña de inicios de siglo XX.
La Elisabeta de este melodrama, es una mujer mucho más irreverente y ligada a las transformaciones sociales de su época. Se trata de un rol provisto de contradicciones y disímiles capas que se superponen, para devolver en escena un diseño de personaje entre el romanticismo de la obra de Austen y la concepción contemporánea de una heroína.
Los atavíos visuales de la obra, impregnan al relato de elegancia, belleza y un sumo cuidado en rubros como el vestuario, maquillaje, escenografía, fotografía y banda sonora.
Nathalia Dill y Thiago Lacerda, encabezan un abultado elenco conformado por pesos pesados de la actuación en Brasil. La Dill encarna a la irreverente Elisabeta, que ha de enamorarse, muy a su pesar, de Darcy, personaje interpretado con cierta discreción por Lacerda, un actor inmortalizado en la memoria colectiva del espectador cubano, gracias a su personaje Giuseppe Garibaldi en la mini-serie Siete Mujeres.
Verdaderas leyendas de la interpretación, respaldan a los protagonistas en personajes claves para el relato. Vera Holtz, Natália do Vale, Tato Gabus Mendes, Alessandra Negrini, Gabriela Duarte, Malvino Salvador o el mítico Ary Fontoura, son algunas de las estrellas que singularizan con su participación esta obra alegre, elegante y muy oportuna para despertar en la juventud el interés por la producción literaria de la autora inglesa.
Sin lugar a dudas, Orgullo y pasión es un ejemplo de cómo la obra de Jane Austen sigue repercutiendo en la literatura y el entretenimiento contemporáneo, demostrando que sus historias y personajes tienen la capacidad de resonar en cualquier época y lugar. La telenovela brasileña es un homenaje a la maestría de Austen, y una prueba de que su legado permanece latente en la cultura popular.
Ha de ser entonces un lujo para el espectador cubano disfrutar, a partir del próximo miércoles 30 de abril, de esta obra con trasfondo histórico y una sensibilidad muy especial a la hora de recrear el imaginario de una de las autoras inglesas más influyentes de todos los tiempos.
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Ustedes crean felicidad”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a delegadas y delegados al XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, evento que recibió amplia cobertura por parte de la Televisión Cubana y otros medios de comunicación, del 2 al 4 de abril.
Según valoró el también Primer Secretario del Partido Comunista, “en estos tiempos difíciles y desafiantes, cuando el segmento poblacional que menos crece es el de los menores de 30 años (…)la niñez y la juventud cubana viven y se desarrollan bajo las duras condiciones de un país cercado, perseguido, castigado, principalmente en la economía, pero también en sus sueños y esperanzas”. Sobre la significación del cónclave para las jóvenes y adultas generaciones de cubanas y cubanos, este boletín invita a reflexionar, a partir del comentario de la periodista Rosa Blanca Pérez.
Otros temas de vital importancia para el país, como la educación y la práctica eficaz de una comunicación social que permita contrarrestar la intoxicación mediática a que se encuentra sometida la Mayor de las Antillas, igualmente se incluye en estas páginas. Véase la sección TV Adentro, que ofrece detalles sobre el balance del Instituto de Información y Comunicación Social (ICS), realizado en marzo.
Asimismo aparece la reseña sobre los temas analizados en el transcurso del Primer Coloquio Enfoque de género en los medios de comunicación social, que organizó el Centro de Estudios de Radio y Televisión, del ICS. En las palabras de cierre del evento, Belkis Pérez Cruz, vicepresidenta del ICS, reafirmó la importancia de estas jornadas de debate para el trabajo en los medios audiovisuales y para proyectar nuevas estrategias que conduzcan a lograr que se asuma la realización artística con enfoque de género y su aplicación como sistema.
Por otro lado, la sección Homenaje se dedica al aniversario 65 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, una gran escuela para cientos de personas involucradas en la realización del audiovisual en Cuba y en otros muchos países. Relacionado con la celebración, En primer plano resalta el quehacer del actor Jorge Perugorría, Premio Nacional de Cine 2024.
Otras páginas informan sobre la entrega de los Premios Caricato 2023 y los avances de la implementación de la televisión digital terrestre en Cuba; mientras que la sección Variedades propone un acercamiento al impacto del programa televisivo Ruta 10, una revista variada que visibiliza, promueve y enfatiza la diversidad de proyectos socioculturales que se gestan y fortalecen en el país, especialmente en la capital.
La habitual sección de Cumpleaños agasaja a figuras muy reconocidas de la televisión cubana como la periodista Irma Cáceres, las actrices Ana Gloria Buduen, Carmen Ruíz, Miriam Socarrás, Jacqueline Arenal y Georgina Almanza, así como los actores Baudilio Espinosa, Aramís Delgado y Eman Xor Oña. Además, destaca los aniversarios 20, 17, 40, 38 y 19, respectivamente, del Canal Educativo 2 y los telecentros Palma TV, TelePinar, Tele Turquino y CNTV Caibarién.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez / Fotos: Instagram
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El género telenovela, tal cual lo conocemos, anda en una profunda crisis a nivel global. Es esa una verdad cada día más evidenciada por los índices de audiencia de las diferentes televisoras que aún producen este formato en el mundo. El agotamiento de los temas y las fórmulas dramatúrgicas, la chata visualidad que impone el género y la migración de los mejores realizadores y guionistas al mundo de las plataformas, han influido en la paulatina apatía de los públicos contemporáneos hacia los seriados que por más de seis décadas fueron el reflejo de las sociedades en las que se gestaban.
Hoy los realitys se convierten en las telenovelas de la televisión abierta, dejando sin medio de expresión y de subsistencia a infinidad de artistas y técnicos. Hoy el viejo recurso del bien contra el mal no es tan efectivo, y prevalece el morbo y el escrutinio al que son expuestos personajes de la vida real, víctimas de una “sobreconstrucción” mediática.
Pero mientras en el mundo la telenovela agoniza, en Cuba parece tener mejor salud que nunca. Los públicos responden con fervor a las propuestas que desde nuestra televisión se generan, aunque estas no siempre cuenten con grandes estándares de calidad. Las historias funcionan, los actores conectan con la gente, y las redes se encargan de expandir el mensaje, en tiempos de crisis energética y de una abrumadora dependencia a la tecnología.
Diferenciar entonces cuando un folletín televisivo cuenta con valores reales o cuando es un “globo inflado” por la expectativa popular, se hace cada vez más difícil. El espectador común suele prestarle muy poca atención a los aportes visuales de la obra: prefiere disfrutar de una buena historia y de actores entregados por completo a su cometido artístico, aunque esto último muchas veces escasea.
Viceversa, la actual telenovela cubana transmitida por el canal Cubavisión, ha navegado con mucha suerte en sus primeros cuatro meses de transmisión. A la historia de seis amigos con sus vidas puestas de cabeza, a raíz de un accidente, le costó algunos capítulos tomar vuelo; pero cuando despegó, lo hizo para no volver jamás a tocar el suelo.
Escrita a seis manos por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa, la estructura de la obra permite que la acción no desfallezca, que los personajes evolucionen y que el espectador no pierda ni por un momento la atención en el relato. Como si de una caja china se tratase, las historias van transformándose, alternándose o multiplicándose, según las necesidades dramatúrgicas de los autores. El equilibrado uso de géneros y subgéneros como la comedia, el melodrama -con cierto costado trágico-, el policíaco, entre otros, cubre eficazmente las demandas productivas de un formato que en nuestro contexto persigue otros objetivos comunicacionales.
Viceversa ha tenido a bien, desde la escritura misma, dialogar con las audiencias de estos tiempos, que muy poco tienen que ver con los públicos consumidores de las telenovelas de antaño. Hoy los ritmos, los sistemas de valores, los paradigmas seguidos por la televisión internacional, son otros; y Cuba, en términos de comunicación, no puede ser una isla. Esto lo entienden los autores, que con mucho tino exponen temáticas y conflictos propios de las sociedades modernas. El bien debe seguir venciendo al mal, pero desde otros códigos.
Diálogos dúctiles y precisos, aderezados con una acción dramática constante, permiten que el relato se estanque muy poco, que los personajes evolucionen constantemente y que el discurso global de la obra navegue en mares de complejidad conceptual y ligereza anecdótica.
Estos derroteros del guion son entendidos con mucha pericia por Loisys Inclán, directora general del proyecto. Inclán viste a Viceversa con una visualidad espléndida, atractiva, lo más cercana posible a los códigos estéticos internacionales, aunque existan diferencias productivas más que notables. Pero la creatividad y el inteligente uso de los recursos, redefinen a la obra y la hacen un material digno en cuestiones de calidad.
El astuto uso de los planos y los movimientos de cámaras, a los que Loisys recurre constantemente, refuerzan el ritmo interno del relato. También se nota el marcado trabajo de las cadenas de acciones, que muchas veces se convierte en el talón de Aquiles de las telenovelas cubanas. Pero en Viceversa hay actores que se desplazan junto a la cámara, que tienen manías, que interactúan con el entorno y humanizan su corporalidad.
Mucha responsabilidad en eso ha tenido Eduardo Eimil en la dirección de actores; un experimentado hombre de teatro, que ha estudiado por más de una década el trabajo del actor en televisión. Estas investigaciones le ayudan a regular los tonos en cada uno de los intérpretes y a homogeneizar -lo mejor posible- las actuaciones.
El abultado elenco de Viceversa, responde -en su mayoría- con organicidad a las exigencias del guion. Existe disfrute, compromiso y un entendimiento cabal de referentes y premisas dadas por la directora general y el director de actores.
Miriam Alameda obtiene con Mónica su primer gran protagónico en una telenovela. El peso de la responsabilidad se siente en su interpretación comedida, certera y provista de intelecto. Mumi es una actriz que se vale del estudio, de la concentración y la indispensable retroalimentación que debe existir con los compañeros de escena.
En este sentido Luis Angeles León, quien interpreta al Yeti, violenta para bien, la energía de su par romántico. Angeles, ante todo, juega con su rol, y hace que los demás a su alrededor “traveseen” con él. El actor improvisa, redimensiona los textos y defiende con uñas y dientes la verdad de su criatura. La deconstrucción del Yeti es producto de una investigación ardua, profunda, pero a su vez con una gran dosis de intuición.
Por otro lado, Ángel Luis Capey vuelve a demostrar el gran histrión que es, con el personaje más complejo y tridimensional de su carrera televisiva. Silvio es un joven contradictorio, provisto de capas y rugosidades en su conducta. El joven actor lleva cómodamente a su terreno este rol que en otro intérprete hubiese sido menos empático, y por lo tanto, fallido. Montaner es además, poseedor de una gran voz y dicción, algo en lo que lamentablemente muchos de sus compañeros de escena flaquean.
El debutante Víctor Jimcavik cae una y otra vez en terrenos pantanosos con Armando, su personaje. Es Jimcavik un intérprete de limitados recursos, que se ven acentuados en los enfrentamientos con actores mejores entrenados y curtidos en los medios. Armando es un personaje, desde la escritura, en extremo complejo; “encarcelado” gestualmente en una silla de ruedas, que hace más retador la incorporación orgánica de ciertas emociones. Ni su decir, ni su apropiación del rol, logran florecer en el transcurso de los capítulos. Aunque poseedor de un físico envidiable y un rostro telegénico, no era este el histrión indicado para semejante responsabilidad actoral.
Eileen Acosta le da vida a Laura, y lo hace desde la frescura, organicidad y honestidad. La actriz se apropia muy bien de los textos que enuncia y entiende la evolución de su arco. Laura es un personaje de instantes, de atmósferas y Eileen capta magistralmente esos momentos. Su belleza y saber estar frente a una cámara, la consolidan como uno de los rostros más interesantes y prometedores de nuestros medios.
Patricia, por otro lado, es encarnada por Daliana González, que de las tres actrices principales es las que menos colores le aporta a su rol. En su piel. Patricia es una chiquilla majadera, sin energía ni temple real, algo que contrasta con la fuerza de sus parlamentos y situaciones dramáticas. Eso sí, González conoce su cuerpo a la perfección y lo pone a disposición de la escena, recurriendo más a la técnica que a la entrega.
En su conjunto, Viceversa ha demostrado en estos cuatro meses de transmisión, la fuerza de su estructura; una estructura cambiante, fracturada, que sabe despegarse o regresar al mismo punto de donde partió, en favor siempre de la historia.
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- Escrito por: Por: Félix A. Correa Álvarez
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Además de Nuevo Sol, Fabrício Boliveira es recordado en Cuba por su participación en telenovelas como Niña Moza y La Favorita.
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En la actual telenovela brasileña Nuevo Sol, un personaje ha captado la atención del público. Querido por unos, odiado por otros y juzgado por todos; el carácter impositivo y vengativo de Roberval dos Santos Athayde se hizo presente en el culebrón desde su primer episodio, en una trama marcada por complejas dinámicas familiares y cuestiones de identidad racial.
Para el actor Fabrício Boliveira, dar vida a Roberval ha sido una bendición en su carrera; un ser lleno de ambiciones y deseos de venganza, pero también dotado de valores y que muestra una evolución a lo largo de la historia.
A medida que la telenovela se acerca a su conclusión, una nueva faceta de Roberval se revela. Al despojarse de esa coraza impuesta por la familia Athayde, como reflejo de una sociedad clasista y racista, han aflorado sus sentimientos más profundos, demostrando su capacidad para amar y perdonar. Esta transformación, que resalta la complejidad de la naturaleza humana y la delgada línea que separa el bien del mal, es lo que enriquece aún más al personaje en matices.
Nacido el 26 de abril de 1982 en Salvador de Bahía, Fabrício Boliveira se formó en una escuela de teatro y posteriormente estudió en la Universidad Federal de Bahía. Su conexión con la ciudad donde se filmó la telenovela añade un significado especial a su interpretación en Nuevo Sol.
En Cuba, Boliveira es recordado por su participación en telenovelas como Niña Moza y La Favorita, así como por otras producciones que han llegado al público a través del llamado «paquete semanal», como Vivir la vida y Amor de madre. Su talento ha sido reconocido con varios premios, como el Trofeo de Raza Negra y el Premio Cinema Who, además de haber sido reconocido en Cuba como mejor actor en el 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
JR tuvo el privilegio de conversar con este destacado actor sobre su carrera y descubrir los lazos afectuosos que lo atan a Cuba.
—El público cubano recuerda su participación en Niña Moza, como el esclavo Bastião. ¿Qué significación tiene para usted esta telenovela en su carrera?
—Bastião es un personaje que ha dejado una profunda huella en el corazón de muchas personas, y me llena de alegría haber podido tocar también los corazones en Cuba. Dada la complejidad de representar este período de cruel esclavitud, tuve que crear subterfugios en la interpretación usando la comedia frente a la tragedia para encontrar la crítica y acidez necesarias para abordar el tema en ese entonces.
«Niña Moza fue mi primera incursión en una telenovela, y muchos de los temas que tratamos aún no estaban tan claros como lo están hoy en día. Quizás la decisión de volver a emitir una telenovela que aborda una época de esclavitud, donde los protagonistas no son las víctimas y donde el romance entre blancos se presenta como trama principal por encima del dolor de todo un pueblo negro en un país, sea inadecuada».
—¿Alguna vez ha visitado Cuba? ¿Qué opina de este país y su gente?
—¡Amo a Cuba! Visité el país en 2011 y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Estuve en La Habana y Trinidad, donde visité un lugar fantástico llamado La Cueva (Disco Ayala) y disfruté de una playa paradisiaca. Confieso que quedé muy sorprendido con la similitud de la arquitectura de esta ciudad con la de Bahía.
«Me encantó aprender sobre la Santería cubana y su relación con el Candomblé bahiano. En la capital hice muchos amigos, compré un cuadro de Maier y concedí una entrevista a la TV nacional debido a la telenovela que estaba en ese momento al aire, La Favorita, donde interpretaba el personaje de Didu. Escuchar mi nombre pronunciado constantemente por los cubanos en la calle fue una gran sorpresa y alegría para mí.
«Admiro el alto nivel educativo del pueblo cubano, que es diferente al del resto del mundo. El hecho de que el cine sea gratuito una vez a la semana para la población local y la práctica de una medicina más cercana y continua que ayuda a que la gente se conozca mejor, hace que admire mucho a su país».
—¿Qué representa para usted haber recibido en 2021 el Premio Coral al mejor actor en el 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano?
—Recibir este premio fue una sorpresa y, para mí, un honor ser reconocido por un país que llevo en el corazón desde hace muchos años. Es la población que más cine ve, creo, en el mundo. Tuve muchas conversaciones sobre cine en la calle. Creo que el público es el más exigente y éste me dio el premio al mejor actor. Considero que este festival es uno de los más importantes de la industria cinematográfica a nivel mundial.
—¿Sabía sobre la buena acogida que ha tenido en Cuba la telenovela Nuevo Sol y su personaje Roberval?
—Me enteré, por la directora bahiana Everlane Moraes, que en su estancia en Cuba en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (EICTV), pudo constatar que la telenovela ha gustado mucho y que Roberval ha sido muy bien acogido.
«Es un personaje muy controvertido, pero que termina siendo comprendido y querido por el televidente. Estoy muy feliz de que, una vez más, uno de mis personajes sea tan bien recibido en Cuba».
—¿Por qué cree que las telenovelas brasileñas tienen tanto éxito a nivel internacional?
—Creo que Brasil es un país diverso y multicultural. De alguna manera, todo está impregnado y formado por la historia y el folklore de un país muy grande. Brasil me parece muy atractivo y las telenovelas han sabido reflejarlo muy bien.
—¿Qué tan difícil es para un actor negro posicionarse en la televisión brasileña con un personaje protagónico?
—Es muy desafiante para un actor negro destacarse como protagonista en la televisión brasileña. Definitivamente creo que aún queda mucho por hacer en este sentido. En mi opinión, la sociedad brasileña sigue siendo racista y aún persisten ideales de supremacía blanca, lo que dificulta la inclusión de actores negros en papeles protagónicos.
«Para abordar esta cuestión, he creado una plataforma en Río de Janeiro llamada Elenco Negro, con el objetivo de acercar a los contratistas a los actores negros de este mercado. Hasta ahora, ha sido un éxito, con más de 700 suscriptores. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para superar las barreras que enfrentan los actores negros en la televisión brasileña».
—¿Qué mensaje le gustaría enviar a los cubanos que hoy lo disfrutan como Roberval en Nuevo Sol?
—Roberval representa de alguna forma una respuesta de los colonizados a toda la violencia sufrida en el pasado. Me alegra saber que ese mensaje llegó hasta allí y que su humanidad conmovió a los cubanos. Es un momento de gran satisfacción para mí.
Con una profunda exploración psicológica, Boliveira ha logrado encarnar a un individuo que desafía las convenciones y cuestiona las nociones preconcebidas de moralidad. A través de Roberval, el actor ha buscado generar debates y plantear preguntas en el público, desafiando la fácil clasificación de los personajes como simples villanos o héroes. Este impacto se ha extendido al público cubano, donde ha sido igualmente bien recibido.
El enigma que rodea a Roberval ha llevado a que la audiencia se sumerja en discusiones en las redes sociales, sin llegar a un consenso sobre la verdadera naturaleza del personaje. Esta ambigüedad es la clave de su magnetismo, ya que desafía las expectativas y obliga al espectador a reflexionar sobre sus propias percepciones de la moralidad y el juicio humano.
Boliveira, consciente del impacto de su personaje, ha expresado su deseo de generar reflexiones en el público a partir de las acciones de Roberval. Su interpretación magistral ha permitido que el personaje trascienda las etiquetas tradicionales y se convierta en un espejo para la sociedad contemporánea, donde las líneas entre el bien y el mal son cada vez más difusas.
Tomado de Juventud Rebelde https://www.juventudrebelde.cu/cultura/2024-03-23/roberval-entre-el-bien-y-el-mal
Boliveira_01. Foto: Agencia Gaúcha de Fotografía.
Boliveira_02. Fabrício Boliveira junto a la primera actriz brasileña Zezé Motta en Niña Moza - 2.ª versión, 2006 — Foto: Márcio de Souza/Globo.
Boliveira_03. Con La favorita, telenovela de João Emanuel Carneiro, Fabrício Boliveira abrazó la polaridad en Cuba con su personaje Didu — Foto: Tomada de TV Histōria.
Boliveira_04. Momento en que es anunciado a Fabrício Boliveira como ganador del Premio Coral en el 42 estival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano — Foto: Cortesía del entrevistado.
Boliveira_05. En Brasil actualmente es noticia que el actor Fabrício Boliveira lanzó 'Plataforma Elenco Negro' para conectar productores y artistas negros en Río de Janeiro — Foto: Tomada de Mundo Negro.
Boliveira_06. Roberval (Fabrício Boliveira) en una escena de Nuevo Sol — Foto: Reproducción/Globo.
Boliveira_07. Roberval es uno de los personajes más controvertidos de la telenovela Nuevo Sol — Foto: Reproducción/Globo.