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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
- Categoría: Temas
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El centro A+ Espacios Adolescentes, proyecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad, ha logrado en menos de una década de existencia, fomentar experiencias educativas de gran valor preventivo para los adolescentes y jóvenes del territorio. Desde el arte, las manualidades, la gestión del patrimonio, la museografía, la educación sexual y otros frentes formativos, la institución ha incidido en que la vida de gran parte de sus muchachos cambie para bien.
A+, es además un lugar donde se sueña constantemente y se aceptan los sueños de otros, para en conjunto regalárselos a los más jóvenes de casa, esos con la necesidad imperiosa de ser escuchados. Con unas instalaciones ideales para la experimentación y aprendizaje desde el arte, el centro no ha dudado nunca en formar alianzas con artistas y otras instituciones, interesados en expandir su propósito principal: educar desde el entretenimiento.
Nuestra televisión, casi desde la fundación del centro se ha integrado orgánicamente a sus acciones, y de esa alianza han surgido interesantes proyectos televisivos para nuestras muchachas y muchachos. Uno de los que mejor dialoga con las actuales juventudes es, sin dudas, Sala a+, donde el audiovisual contemporáneo se vuelve el hilo conductor del espacio y el generador de las más diversas temáticas.
Con una estructura bastante dinámica, Sala a+, convida a los jóvenes presentes en la proyección de un filme determinado, a dar sus opiniones sobre el mismo, y entre todos construir una valoración crítica, partiendo de sus vivencias, conocimientos y sensibilidades. Lo mejor del cine nacional e internacional es proyectado en este espacio, permitiendo un primer acercamiento de los adolescentes en casa, con películas muy alejadas del modelo hollywoodense.
Delly Fernández Cuello en el guion, se permite ser coloquial, empática y cercana al público destinatario. La guionista estructura de manera fluida su partitura, haciendo que el interés por la propuesta fílmica progrese a medida que el programa avance. Hay mucha investigación en el trabajo de Fernández, no solo al abordar las películas como hechos artísticos, sino en el tratamiento de los temas que las mismas abrazan. De embarazo en la adolescencia, adicciones, discriminación, entre otros tópicos, van muchas de las entregas, lo cual requiere de una indagación rigurosa, que la guionista se toma con mucha seriedad.
Oscar Sánchez se ocupa de la dirección, desde una efectividad e imaginería bastante peculiar en un programa aparentemente sencillo en su puesta. Pero el realizador apela a su juventud y al conocimiento de nuevos códigos audiovisuales, que le dan una apariencia muy fresca al formato. El director integra bien especialidades como fotografía, luces y edición para que la experiencia visual sea lo más atractiva para una generación mucho más dada al consumo del internet o el paquete semanal.
Potenciar al máximo la capacidad del cine para instruir y formar voluntades, es uno de los grandes valores de este espacio, ya con unas cuantas temporadas a sus espaldas, pero que sabe renovarse constantemente, de la misma manera que el público al que va dirigido se transforma. Sala a+ es un programa juvenil atípico, pues a diferencia de otros formatos, donde el tema de la emisión parecer llegar de la nada, aquí los filmes son los que le ponen el color, la razón de ser a la puesta. Es este un programa diferente, innovador, valiente, lo que lo hace parecido al público al que está destinado.
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- Escrito por: Ivón Peñalver
- Categoría: Temas
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Con la mirada puesta en el 505 aniversario de la capital, Canal Habana celebra la fecha como la razón misma de su esencia. Mostrar todo lo que acontece en la urbe de todos los cubanos y cubanas implica, por un lado, el desafío de la vigilia y, por otro, el compromiso íntegro con la verdad.
Si bien Canal Habana se ha distinguido por la frescura y coloquialidad de su discurso, es necesario señalar cómo su visualidad mantiene constantemente guiños con la ciudad capital. El uso del azul, color que lo identifica —si no el más importante, sí uno de los elementos con los que mejor empatiza el televidente—, refuerza la conexión con los mensajes que transmite el canal. De la misma manera, resulta particularmente interesante cómo pequeños espacios, que funcionan más bien como transiciones temáticas, ofrecen una mirada diversa e inclusiva de la ciudad. En este sentido, “Habaneros” constituye una forma desenfadada de autorreconocimiento para los habitantes de la capital, desde la visión de un intelectual, artista o científico, hasta un vendedor. Colocarlos a todos frente a cámara en igualdad de condiciones, preferiblemente en espacios abiertos, ofrece una visión plural de esta Habana de todos y todas, un concepto esencial del canal.
Y si de pluralidad se trata, es gratificante mostrar la esencia natural de este entorno citadino. En este contexto, el espacio “Verde Habana” ofrece una mirada necesaria al esfuerzo personal o familiar que engrandece, en muchas ocasiones, el entorno habanero. Es una forma de aplaudir a los emprendimientos y proyectos socioculturales que contribuyen al crecimiento económico de la urbe.
La música, expresión cultural que constantemente acompaña al cubano, ocupa un lugar importante en Canal Habana. El canal se hace eco de los principales espacios donde esta se produce. No obstante, en poco tiempo, un programa como “Música Habana” ha logrado captar la atención de los habaneros, ya que promueve el quehacer de los jóvenes que llegan al panorama sonoro de la isla desde la capital. Esto demuestra el interés del canal por abrirse a nuevas propuestas que, en breve, delinearán el futuro musical cubano.
Una revista como “Hola Habana” recorre con acierto todas las esferas de la vida capitalina, trayendo a su set rostros representativos de cada una de ellas. “Habana Noticiario”, por su parte, se esfuerza por mantener la calidad informativa, evitando repetir fórmulas comunicativas de otros espacios noticiosos.
En vísperas del aniversario 505 de San Cristóbal de La Habana, no han sido los mejores tiempos para la ciudad. Sin embargo, en estos y en otros momentos difíciles, la cobertura informativa rápida y certera, con énfasis en la dimensión humana de cada fenómeno, ha prevalecido. Tanto es así que muchas de sus notas han sido utilizadas en otros canales informativos.
Los periodistas de Canal Habana han reflejado el sentir de las problemáticas que enfrentan los capitalinos y, a su vez, han mostrado el esfuerzo mancomunado de héroes anónimos que han puesto sus vidas al servicio de otras personas.
Eso es Canal Habana: cohesión y confluencia a la hora de buscar la información desde sus fuentes reales. Ese es su compromiso, su logro y su desafío.
Canal Habana ya llega a casi todo el país y lo hace manteniendo la impronta del habanero que lo ha hecho suyo porque en él cree y por él siente. En este aniversario, que esperamos llegue con más luces que disipen las nubes, agradecemos a Canal Habana por ser la voz genuina de la capital.