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- Escrito por: Los Lucas Orlando Cruzata
- Categoría: Temas
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- Escrito por: Lety Mary Alvarez Aguila
- Categoría: Temas
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Otra telenovela cubana se despide y el público juzga o aprueba. Asuntos pendientes se convirtió, durante meses, en el «plato fuerte» nocturno de lunes, miércoles y viernes, lo que reafirma, una vez más, la pasión novelera que corre por las venas criollas.
De la entrega escrita por Yamila Suárez y dirigida por Felo Ruiz y Tamara Castellanos, destaca el retorno al complejo y matizado universo femenino como principal componente de su línea dramática. Felo —quien hace tres años nos sedujera con la emotiva y maternal El rostro de los días— materializa, una vez más, un escenario donde la mujer es alma y coraje.
Una de las particularidades del libreto radica en el relevante lugar ocupado por el ambiente laboral, más allá de los típicos elementos del melodrama, de los cuales Asuntos pendientes no escapa. Entre bloques y arenas de un diseño de presentación quizás no tan moderno, tres féminas se alistan para enfrentar la vida. Rebeca, Patricia y Adriana son imperfectas. Las impulsan sueños y convicciones dentro de un sector asociado, por lo general, a hombres: la construcción.
Que el entorno de oficinas, cascos y planes de producción fuese el epicentro del dramatizado, alejó a la telenovela de turno de sus antecesoras y, lo que aparentemente podría resultar poco atractivo, logró acaparar la atención de un público heterogéneo, al mostrar la cotidianidad de los obreros y directivos en la Cuba de hoy.
Más de un asunto pendiente fue bordado desde la inteligencia y eficacia de un guion, donde agilidad y verosimilitud propiciaron un argumento redondo, realista y capaz de calar en la teleaudiencia. El ritmo llevado a lo largo de la trama permitió un flujo equilibrado de los acontecimientos, sin atropellamientos o lentitudes. Como en toda telenovela, hubo episodios pasivos y otros de pura adrenalina, pero siempre predominó la destreza en la estructura, sobre todo, en los toques de suspenso e impacto de cada cierre de capítulo.
Además del atinado abordaje de temáticas como la paternidad responsable, relaciones familiares y humanas, conductas delictivas, o la reinserción social de exreclusos, Asuntos pendientes conmovió debido al tratamiento de la violencia contra la mujer, aspecto que contrasta con la concepción de la obra y su afán de revelar, desde varias dimensiones, el empoderamiento femenino.