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- Escrito por: Maya Quiroga/Cubanow
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El mundo de Paloma, madre de tres hijos, soñadora y esforzada costurera de vestuarios en una escuela de samba, se desmorona cuando recibe el resultado erróneo de un examen médico según el cual solo le quedan seis meses de vida. La joven decide vivir al máximo hasta que descubre el error.
Paloma busca al verdadero destinatario del diagnóstico: Alberto, un empresario millonario poco sociable, pero muy culto, quien nunca había valorado a su familia. Entre ambos surge una bella amistad, marcada por la pasión hacia las letras, que le da un nuevo significado a sus vidas.
Cuando Paloma es contratada para ser la cuidadora de Alberto, descubre que es el padre de Marcos, un extraño con quien tuvo una aventura y ahora está enamorado de ella. Al mismo tiempo, se enfrenta al retorno de Ramón, su primer y gran amor del pasado.
Esa es la sinopsis de la telenovela brasileña Suerte de Vivir, una historia de amor por la literatura, que los televidentes de la Mayor de las Antillas podrán ver a partir de este 6 de septiembre, a través de la señal de Cubavisión, los martes, jueves y sábados, en el horario estelar.
Acerca de esta obra declaró su director Luiz Henrique Rios al sitio todotvnews.com: “Suerte de vivir es una telenovela ligera y divertida que habla sobre cuán preciosa es la vida y que hay que vivirla (…) El lugar de la muerte como fin y negación es una cuestión cultural y no existencial”.
El director agregó que: “Paloma y Alberto descubren que la vida no tiene tiempo. Tiene intensidad, voluntad y sustancia. Vivirán muchos descubrimientos juntos y, a la vez, ella transformará su vida y viceversa, lo que tiene consecuencias para todas las personas a su alrededor”.
Según el sitio digital Thedailytelevision.com, esta telenovela ha sido reconocida por la crítica especializada como una de las mejores de su género en la última década. Alcanzó el mejor registro de audiencia en el acess primetime de los últimos siete años. Fue tan grande su rating y popularidad que sus autores, Rosane Svartman y Paulo Halm, tuvieron que escribir escenas extras para el reprise del último capítulo, algo inédito en la historia de O Globo.
La inclusión de citas literarias en la trama de la telenovela les valió un premio Honor al Mérito de la Comisión de Jurados y del Instituto Pró-Livro. “Este universo es muy rico y tiene todo que ver con la historia de la protagonista Paloma”, dijo el director.
“Paloma y Alberto descubren que la vida no tiene tiempo. Tiene intensidad, voluntad y sustancia. Vivirán muchos descubrimientos juntos y, a la vez, ella transformará su vida y viceversa, lo que tiene consecuencias para todas las personas a su alrededor”.
Con el título de Bom Sucesso, Suerte de Vivir, producida por Rede Globo, tiene en los roles protagónicos a la actriz y modelo Grazi Massafera (coantagonista de El otro lado del Paraíso, 2017-2018), en el personaje de Paloma da Silva; Rômulo Estrela como Marcos Prado Monteiro, David Junior en el rol de Ramón Madeira, Ingrid Guimarães, interpreta a Silvana Nolasco y Fabíula Nascimento es Mariana Prado Monteiro Cabral (Nana).
En tanto, el reconocido actor Antônio Fagundes, a quien recordamos por las telenovelas El rey del ganado (1996) y Rastros de mentiras (2013), le da vida a Alberto Prado Monteiro. Contó además con las participaciones antagónicas de Armando Babaioff (Diego Cabral) y Sheron Menezzes (Gisele Cavalcante).
La versión internacional de la telenovela tiene 120 capítulos, de 50 minutos de duración. Fue producida en Río de Janeiro y el guion escrito por Charles Peixoto, Claudia Sardinha, Fabrício Santiago, Felipe Cabral e Isabela Aquino. El tema principal “O Sol Nascerá” es interpretado por Teresa Cristina y Zeca Pagodinho.
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- Escrito por: YURIS NÓRIDO / Trabajadores
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Casi al mismo tiempo concluyeron las telenovelas de turno en el horario estelar de Cubavisión. Y es significativo que desde hace un tiempo los televidentes no suelan comparar las propuestas cubanas y brasileñas de ese espacio. Es como si no le pidieran lo mismo a cada una. Bueno, es que cada una puede ofrecer cosas muy distintas.
Pero las relaciones humanas (el amor en muchas de sus variantes) fue la columna vertebral, por más que los efectos de la COVID-19 marcaran el devenir de los personajes. He ahí una sutil diferencia: no fue, como afirmaron algunos, una telenovela sobre la pandemia. Fue una historia (muchas historias) de amor, de encuentros y desencuentros, de retos y realizaciones… en tiempos de la COVID-19. De hecho, el impacto de esta se pudo haber aprovechado mejor como detonante de conflictos.
Aquí se utilizaron los códigos de siempre, pero se moderó en alguna medida el tono. No fuimos testigos de los grandes énfasis del melodrama, de la grandilocuencia de ciertos personajes (y sus actores), ni de un regodeo en el lugar común.
Lo cierto es que cada una de las tramas se desarrolló sin incoherencias esenciales, aunque por momentos se notara cierta dispersión en el argumento. Es uno de los riesgos de las historias corales: cuando hay muchas tramas relativamente autónomas y de similar peso dramático, el espectador puede extrañar una trama central, lo suficientemente sólida como para constituirse en eje de la propuesta.
Quizás faltaron más nexos entre las historias, que contribuyeran a definir mejor un objetivo común. Algo así como un camino compartido por todos los personajes. Y quizás faltaron golpes de efecto que movilizaran mucho más las tramas, que otorgaran más emotividad y pirotecnia. Eso se espera de una telenovela…
No obstante, la variedad de conflictos garantizó la vitalidad del argumento. Aquí se habló de dilemas generacionales, maltrato familiar, dificultades económicas, solidaridad, poliamor, delitos, emigración ilegal, realización artística, vocación profesional…
Uno de los valores de Tan lejos y tan cerca fue la validación de modelos de comportamiento perfectamente legítimos. Las telenovelas cubanas generalmente apuestan por reafirmar el triunfo de un modelo “políticamente correcto” de pareja, de familia. Puntualmente hay desmontajes de esa familia “perfecta” a la que se aspira; pero casi siempre se trata de elementos secundarios o circunstanciales.
Aquí se asumió con normalidad la existencia de modelos bastante alternativos en la creación de dramatizados cubanos, aunque perfectamente coexistentes en la sociedad contemporánea: mujeres jóvenes a las que no les interesa tener descendencia; madres solas en la crianza de los hijos; relaciones homosexuales que concretan familias; personas de la tercera edad que viven plenamente su sexualidad…
Y lo mejor fue que se evitó el didactismo que ha lastrado otras producciones. Movilizar la opinión pública sobre temas sensibles puede ser otra de las ganancias de los dramatizados de televisión.
Dulce ambición
En una telenovela del brasileño Walcyr Carrasco puede pasar cualquier cosa, aunque se ponga en crisis la más elemental noción de verosimilitud. Y Dulce ambición ofreció sobradas muestras.

Resaltó el énfasis marcado en el arquetipo: frente a la candidez de María de la Paz, la decidida sordidez de Josiane, su hija psicópata. La buena y la mala en una misma familia. Se ha visto mucho. Aunque el sistema de valores fue un tanto flexible aquí, porque algunos de los “buenos” de la historia (empezando por la venerable abuela que le enseñó a la protagonista hacer sus pasteles) han sido delincuentes tan letales como la propia Josiane.
Aquí lo que salvó y triunfó fue el amor. Ese fue al menos el planteamiento. Pero para que la ecuación fuera funcional hacía falta personajes epidérmicos. Porque más que coherencia y densidad en la progresión dramática lo que se buscó fue asombrar al televidente con puntos de giro trepidantes… aunque en definitiva fueran bastante superficiales.
Los personajes estuvieron en función (primero que todo) de las ocurrencias del autor, más allá de toda lógica; hubo que perdonar entonces incoherencias e insólitos posicionamientos.
Esta vocación maquiavélica de que el fin (el gran espectáculo) justifica los medios (por muy endebles o ilegítimos que resulten) lo contaminó todo. Y se llegó incluso a bordear una noción de clase un tanto reaccionaria: la simpatía del autor por su heroína no le impidió hacerla víctima de burlas por sus gustos y condición social.
En este “pastel”, más que la masa, importó el merengue. Y mientras más rocambolesco y colorido, mejor.