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- Escrito por: Félix A. Correa Álvarez / Compendio: Hugo Edelqui Cruz Torres
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El 2024 se despide… ¿Cuáles fueron los textos más leídos en el Portal de la TVC?
Por: Félix A. Correa Álvarez / Compendio: Hugo Edelki Cruz Torres
El Portal de la Televisión Cubana (TVC) cerró 2024 con un notable balance en su contenido, como un espacio de referencia para quienes buscan información, análisis y reflexiones sobre el panorama televisivo nacional.
Entre los contenidos más leídos, destacó una reseña sobre los aniversarios de tres telecentros cubanos: Solvisión, Centrovisión Yayabo e Islavisión. Este homenaje a la resiliencia, creatividad y compromiso de los medios locales puso en valor su impacto en la vida de las comunidades que representan. Su éxito reafirma la importancia de visibilizar el trabajo de los telecentros, auténticos cronistas de la vida provincial.
El primer número del Boletín ComunicarTV en 2024 también acaparó la atención de los lectores. Este boletín, con sus secciones como Novedades, TV Adentro y En primer plano, ofrece un compendio de lo más reciente en materia televisiva y evoca la historia del medio y sus artistas. El hecho de que su edición inaugural del año esté entre lo más leído confirma la fidelidad de su público, que encuentra en el boletín un puente para profundizar en temas que trascienden lo inmediato.
Las crónicas dedicadas a figuras destacadas del medio televisivo también ocuparon un lugar preponderante. Entre los nombres más buscados estuvieron Laura de la Uz, Bárbaro Marín, la Premio Nacional de Televisión 2024 Ana Nora Calaza, y la inolvidable Lourdes Torres. De igual manera, las entrevistas demostraron ser uno de los géneros más preferidos por los lectores, siendo las realizadas al joven locutor Pablo Daniel Peguero y a los actores Andros Perugorría, Johann Ramos y Daniela Sánchez, las más visitadas. La conexión entre estos actores y sus personajes en las populares telenovelas Viceversa y Renacer fue también un termómetro del interés creciente en la ficción nacional.
En este contexto, el artículo La leyenda del beso se posicionó también entre los favoritos. Este texto analiza las reacciones ante una escena en Viceversa donde dos personajes protagonizan un beso gay. Como su autor defendió: «Votemos porque la televisión cubana no renuncie a tales conquistas… Ni mucho menos retroceda en su justo rumbo ante ciertos televidentes negados, al parecer, a la creación definitiva de una sociedad plural, “con todos y para el bien de todos”, a la que también un simple beso de amor –entre quienes sea– puede contribuir».
La contingencia energética que atravesó el país durante el año también marcó el rumbo de la programación televisiva. Los ajustes realizados por la Televisión Cubana para garantizar la emisión de programas como las telenovelas en horarios alternos demostraron ser una estrategia efectiva, generando un alto interés entre los usuarios del Portal.
Otro de los textos destacados fue Mujeres tras el switcher y frente a la vida, que resalta el papel de las mujeres en un medio históricamente dominado por hombres. Este artículo reivindica la dualidad profesión-hogar que enfrentan directoras como Sonia Castro, María del Carmen Vasallo, Ana María Rabasa y Odalys Torres, quienes con su liderazgo han contribuido a una televisión diversa y de calidad.
El año también trajo consigo una pérdida significativa: el fallecimiento de Mayra Cue Sierra, investigadora de temas histórico-culturales de la radio y la televisión cubanas, y autora de la columna Historias contadas por Mayra Cue. Tres de sus artículos estuvieron entre los más leídos del año, un testimonio de su legado y del aprecio que sus escritos despertaron entre los lectores. Su impronta permanecerá en el Portal como un homenaje a su contribución invaluable al medio.
El 2024 fue un año de retos, aprendizajes y, sobre todo, de consolidación del Portal de la Televisión Cubana como un espacio donde la televisión y su impacto en la sociedad son celebrados, analizados y compartidos con quienes buscan en sus páginas un reflejo de la cultura audiovisual cubana.
El 2025 se vislumbra como un nuevo capítulo para el Portal de la Televisión Cubana, con el firme propósito de seguir siendo un espacio de conexión entre los televidentes y el mundo audiovisual. Este compromiso no sería posible sin el esfuerzo y la pasión de su equipo de trabajo, profesionales del periodismo y la comunicación que van más allá de ser simples créditos en un texto.
Cada artículo, crónica o entrevista es el resultado del talento y la dedicación de quienes entienden la importancia de documentar, preservar y compartir el legado y la actualidad de la televisión cubana. Gracias a ellos, el Portal continuará su misión como puente entre el pasado y el presente de medio que, incluso en tiempos complejos, sigue defendiendo nuestra identidad cultural y mirando hacia el futuro con esperanza e innovación.
A continuación, los 20 trabajos periodísticos más leídos del Portal de la TVC en 2024:
- Solvisión, Centrovisión Yayabo e Islavisión: Historias compartidas en la TV cubana
- Recordando a Lourdes Torres
- Boletin 91 de Comunicartv, el Primero del año 2023
- Andros Perugorría: «Siempre hay tiempo para un nuevo “renacer”»
- El mayor premio de Pablo Daniel Peguero
- Para Daniela el arte siempre ha sido una primera opción.
- Nota Informativa de la TV Cubana
- ¡Uz!, nacida el “Día del Amor”
- Falleció Mayra Cue Sierra, destacada investigadora de temas histórico-culturales de la radio y la televisión cubanas.
- Johann Ramos: «Rubén y Viceversa me han enseñado a perdonar»
- Bárbaro Marín: cuatro décadas en la escena cubana
- Canal 12: La conversión de Telecolor en Telerebelde
- Desde la Presidencia: Situación del Sistema Electroenergético Nacional y perspectivas del servicio en el verano (+ Video)
- Mujeres tras el swicher y frente a la vida
- Convocan a presentar proyectos de comunicación en el Coloquio “Patria”
- La leyenda del beso
- Los compinches ancestrales de Ana Nora Calaza
- CMBF TV (Canal 7): Programación especial “Sistema sobre el horizonte”
- 102 emisiones del Boletín Comunicartv. Véalo aqui
- Canal 7 (CMBF
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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Si un género televisivo grafica con precisión el entramado sociocultural y espiritual de los territorios que lo consumen, ese es la telenovela. Derivados de la radionovela, que a su vez parte del folletín impreso, los culebrones televisivos nacieron con la sobrenatural capacidad de activar resortes emotivos en los públicos, en una suerte de empatía colectiva que marcó lo que hoy denominamos fenómeno de audiencia.
Mucho se ha discutido qué país fue el pionero en la producción del género. Para algunos está claro, pero para quien tenga dudas, hay una verdad incuestionable: la telenovela es un formato latinoamericano. Se siente en las historias, en las motivaciones narrativas, y en la ampulosidad con la que son construidos algunos personajes y situaciones.
El culebrón televisivo es un género de excesos, donde cabe todo tipo de experimentación, siempre y cuando sea hecha con gusto y mesura. Cada país lo ha sabido adaptar a sus necesidades culturales y ha potenciado diversos rasgos según el interés o la pertinencia socio-histórica de la obra.
Grandes emporios de la comunicación hicieron de la telenovela, desde los años fundacionales, su producto estrella. La comercialización a diestra y siniestra, sumada a la juventud de la televisión como medio, propició que las facturas y calidades dramatúrgicas no siempre fueran las mejores. Los lugares comunes e historias parecidas se hicieron recurrentes, pero mostraron efectividad para una audiencia doméstica empeñada en escapar, por un unos instantes, de sus realidades.
Esa fue la carta con la que las televisoras, los guionistas y estudiosos del género comenzaron a jugar. Ya la fórmula había sido más que probada en la radio y ahora la telenovela reafirmaba su eficacia, por lo que usarla una y otra vez, era tan solo la manera de moldear la arcilla de un recipiente infinito, sin fondo; al menos fue lo que se pensó por más de cuatro décadas. Desde los años sesenta hasta los noventa, el formato se comportó inalterable, con ciertas adecuaciones según la región, pero con la misma premisa melodramática: el bien vence al mal y los justos serán recompensados.
Televisoras de la talla de Televisa (México) o Rede Globo (Brasil) potenciaron la exportación de sus productos, logrando llegar a un impresionante número de países. Ni barreras culturales, idiomáticas o religiosas impidieron que la telenovela hiciera soñar y suspirar a millones de espectadores por todo el mundo. Que fenómenos audiovisuales contemporáneos como los doramas o las series turcas tengan el alcance con que cuentan hoy, es producto de esa exposición desmedida de las telenovelas latinoamericanas. Con tonos y objetivos discursivos diferentes, estas variantes regionales del género, entraron a la competencia en un momento donde los tópicos se sentían desgastados y las audiencias tradicionales comenzaban a disolverse, desplazarse a otros modos de entretenimiento.
Productos audiovisuales como los realitys, las series limitadas o los contenidos de plataformas como Youtuve o TikTok, son, en la actualidad, competencia muy fuerte para la telenovela, tal cual la conocemos. En vista de estos cambios en el consumo, el culebrón se ha querido adaptar a los tiempos, reduciendo la duración de las producciones y así abaratar costos, adquirir apariencia de otros formatos y entrar en el mundo del streaming.
Todo esto pudiera hacernos pensar que el género sufre una crisis irrecuperable, pero tal vez solo sea el camino natural de un fenómeno cultural diseñado para absorber todo lo que encuentre a su paso. El ser humano necesita hallar en el arte la representación de emociones tan íntimas como el amor o el deseo, y ahí la telenovela sigue teniendo el número uno.
Cuba, alejada por mucho tiempo de las fórmulas más tradicionales del género, ha vuelto (con cierta discreción) al camino de los melodramas clásicos, con protagonistas reconocibles, historias vibrantes y situaciones que rayan en lo inverosímil, como todo buen culebrón que se respete. Cierto es que las facturas y las soluciones productivas no son las mejores, pero a diferencia de décadas anteriores, el público cubano está prefiriendo las novelas del patio por encima de las extranjeras. A eso ha ayudado la retroalimentación de las redes sociales y la generación de contenido aleatorio referente a los productos.
Pensar entonces en una crisis del género no es del todo correcto. Estamos simplemente presenciando un cambio de paradigma, una adecuación cultural de los contenidos, a la que le está faltando equilibrio, mayor estudio del fenómeno. Mientras existan espectadores atrapados por la magia del amor y las intrigas folletinescas, habrá telenovela para rato, aunque cambien ciertas reglas.