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- Escrito por: Julio Lago Hernández
- Categoría: Temas
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Referirse a la juventud es hablar de vacilaciones, dudas, irreverencias, pero también es hablar de frescura, vigor y de un caudal inagotable de avidez por el conocimiento. La juventud es esa etapa preciosa de la vida dónde luchamos cada día por encontrarnos a nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo.
Basados en esta premisa surgió hace poco más de un año, desde la señal estival del Canal Educativo, la revista Juventudes por un sueño, la cuál con una duración de 27 minutos se ha dedicado a mostrar historias de vida individuales o colectivas del universo juvenil cubano.
Sus guionistas y directores, Elio Pérez y Abel Montano nos cuentan que desde la creación del proyecto tenían de su lado el gancho de la novedad, sin embargo, se hacía difícil sostenerlo en el tiempo ya que debían buscar, identificar e investigar cuáles eran las historias que se iba a contar, en su mayoría desconocidas:
«Nuestro mayor reto es que esos jóvenes que están viendo el espacio se identifiquen con la historia del invitado, porque tal vez también sean sus sueños, metas, aspiraciones y proyectos inmediatos y futuros.»
Abel nos explica que la acogida ha sido positiva, no solo de cara al público para el cuál se pensó en principio, sino por parte de toda la familia. Prueba de ello son los cientos de correos de madres, padres y otros miembros que escriben elogiando la calidad del programa, su excelente fotografía y agradeciendo las secciones con que cuenta.
«Esas secciones abarcan una amplia gama de temas como: sexualidad, masculinidades, desarrollo sostenible, cultura de paz, equidad social, diversidad, violencia de género, y cuidado y protección del medio ambiente.», añade Elio y continúa explicando cómo algunos jóvenes les plantean lo útil que les han sido las temáticas abordadas de cara a emprender acciones y proyectos sociales:
«Además quienes gustan de la música nos sugieren a jóvenes que recién comienzan y otros que tienen una carrera pero que necesitan de visibilidad y para ello contamos con la sección Persiguiendo Metas.»
Queda aún la insatisfacción por parte de los realizadores de Juventudes por un Sueño de no haber podido realizar hasta ahora una campaña comunicacional para satisfacer todas las exigencias de los jóvenes que siguen el programa, pero es algo en lo que se trabaja como parte de esas aspiraciones futuras para seguir creciendo. Además, pretenden crear un festival anual para celebrar cada aniversario del programa e ir variando las secciones para continuar enriqueciendo cada entrega televisiva.
Juventudes por un Sueño es sin dudas una apuesta refrescante y con potencial para disfrutar desde la pequeña pantalla, como un espacio para inspirar a otros a nunca rendirse por alcanzar sus metas y ser cada día mejores.
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- Escrito por: Bismark Claro Brito y Laura Amelia/Cubavision
- Categoría: Temas
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Hace tres o cuatro años atrás, la penetración de Internet en Cuba era primitiva; tal vez, se filtraban menos informaciones personales entre extraños. Quizás, los jóvenes interactuaban más en persona y menos de forma virtual; los challenges no eran ni siquiera parte del vocabulario. Hace tres o cuatro años, Rudy Mora comenzó a soñar Primer Grado. Desde entonces y hasta hoy muchas cosas han cambiado.
La serie que desde sus inicios utilizó el uso –y mal empleo– de las redes sociales digitales como excusa para proponer reflexiones sobre las problemáticas sociales, las dificultades económicas y la pérdida de valores, prevé su estreno el 11 de diciembre próximo por la señal de Cubavisión.
El espacio televisivo tendrá como eje central el conflicto de Daniela, una estudiante de Informática de la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (CUJAE), cuyas fotos con contenido privado son esparcidas en las redes. A partir de ese momento y durante 11 capítulos, su vida cambiará en muchos sentidos y la venganza la llevará a retar a los ocho jóvenes que se relacionaron con la difusión. En el camino, todos descubrirán algo de sí, incluso ella.
La primera pista es el nombre: Primer Grado, el cual alude a la inexperta y superficial fase de relaciones que estos jóvenes comienzan mediante las redes sociales que los conducirá, necesariamente, a pasar de lo superficial a lo complejo.
¿Qué trae de novedoso Primer Grado? Pues, uno de los datos que más puede sorprender a los públicos es el hecho de la estructura. Cada capítulo en sí constituye una pequeña película con relatos que lo entrelazan con los demás y capaz de ser interpretado de formar independiente.
Asimismo, los episodios sondean los más de 50 minutos de duración algo que, según la opinión del director, es común entre las producciones extranjeras, pero un fenómeno extraño para quienes solo consumen productos nacionales. “No fue un objetivo hacer las entregas de esta duración. No obstante, la necesidad de desarrollar y finalizar las historias conllevaron a dejarlos en estos tiempos”, explica Mora quien a apostado porque, amén de la duración, a las personas se enganchen a la pequeña pantalla mientras se trasmita.
De la misma forma, la serie muestra muchos efectos digitales que hubo que preparar previamente para que redes como WhatsApp, Telegram, Instagram, Facebook lucieran lo más verosímil posible.
(Re) Capitulemos
Poco más de un año ha transcurrido desde que anunciamos en nuestra web que, finalmente, Primer Grado ya se rodaba; sin embargo, poco se conoce del devenir que condujo a la serie hasta aquí.
Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a Cuba, Rudy Mora tuvo la idea de hablar de la influencia de estas en los jóvenes a través del lenguaje que mejor domina, el audiovisual. Tiempo después, vuelve con la iniciativa de la mano del director de teatro Eduardo Eimil y es así como, entre ambos, se concreta el guion que luego se filmó.
Si a la confección de las escenas, las tramas, los conflictos derivados y los personajes se les dedicó largas jornadas de investigación y actualizaciones; en la etapa posterior, Rudy contó no solo con 100 llamados para grabar y más de un centenar de actores, enfrentó –con éxito– las consecuencias de la COVID-19, tanto por contagiados en el equipo como por los cambios de último minuto, los problemas con el presupuesto después del ordenamiento económico del país y, más recientemente, los percances ligados al déficit de energía.
En mayo comenzó el proceso de edición que hoy casi llega al final para su estreno en los domingos de “el canal de todos”, Cubavisión, y cuyos resultados veremos por, aproximadamente, tres meses.
En la aventura se enrolaron actores de consagrada maestría actoral y alta popularidad entre las audiencias; a la par se incorporaron jóvenes talentos – más o menos conocidos – como Sandra Castillo, Laura Vasallo, Alejandro Cabrera, Chabely Díaz, Ariel Zamora, Víctor Cruz, David Pereira, César Domínguez y Diany Zerquera. Todos sometidos por igual al rigor de las ordenes de Rudy Mora.
¿Y por ahora?
Por estos días laten más a prisa las expectativas, desde el equipo de realización hasta los actores. Así lo han dejado saber a través de las redes sociales en las cuales – bajo la misma lógica de la serie – ya marcan la presencia.
Mientras, su director se da por satisfecho si la serie alcanza el reconocimiento por el cual ha trabajado todo su equipo, sienta pautas y, sobre todo, logra difundir un importante mensaje – a los jóvenes en particular pero a todos en general – no de rechazo o ataque a las redes sociales sino de empleo inteligente de las oportunidades que brindan, Internet visto como una herramienta y no un fin en sí mismo.
Hace tres o cuatro años, Rudy Mora comenzó a soñar Primer Grado, hoy constituye una propuesta muy cercana de reflexión. Solo queda ver e interpretar.